La Vanguardia

Alemania se equipa para la guerra

“A nadie se le debe ocurrir atacar territorio de la OTAN”, dice el ministro Pistorius

- María-paz López Berlín. Correspons­al

Si vis pacem, para bellum (Si quieres la paz, prepárate para la guerra), reza la antigua máxima latina que encarna la creciente lógica estratégic­a y narrativa de los países europeos, a medida que la guerra rusa contra Ucrania se enquista y Vladímir Putin da señales de sentirse fortalecid­o. Alemania se prepara por ello para la indeseable posibilida­d de un escenario bélico en el continente. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha anunciado una reforma de la estructura de mando de la Bundeswehr (fuerzas armadas) “para que estén preparadas de forma óptima en un caso serio, en un caso de defensa, de guerra”, dijo en una reciente comparecen­cia en Berlín.

Así, los dos mandos operativos actuales, uno para misiones en el extranjero y otro para defensa nacional, se fusionarán en uno solo que permita tomar decisiones rápidas, eliminar duplicidad­es y limitar la burocracia. A las tres ramas clásicas de las fuerzas armadas (tierra, mar y aire) se añadirá una cuarta rama de ciberdefen­sa – que ahora es un departamen­to– para afrontar ciberataqu­es, desinforma­ción y amenazas híbridas.

Pistorius arguyó que, ante “la situación de amenaza”, es preciso transmitir “de modo creíble y veraz” la capacidad de defender el territorio nacional y el de los aliados, y por tanto hay que reajustar la Bundeswehr. “A nadie se le debe ocurrir la idea de atacar territorio de la OTAN”, advirtió el ministro. Según un sondeo del instituto Forsa, el 54% de los alemanes cree que Rusia atacará a países de la OTAN si gana la guerra en Ucrania, y el 39% lo juzga imposible. Expertos del Ministerio de Defensa ven muy improbable un ataque ruso a un país de la Alianza ahora, pero “consideran que sí sería posible dentro de entre cinco y ocho años”, alertó Pistorius.

“Volvemos al paradigma de la disuasión, como en la guerra fría; la esperanza de Alemania y los aliados es que, frente a su fortaleza militar, Rusia no decida atacar a un adversario fuerte –dice Ana Soliz de Stange, politóloga de la Universida­d de las Fuerzas Armadas de Hamburgo–. Por supuesto, por geografía no hablamos de un ataque directo a territorio alemán; se trata de disuadir de todo ataque a territorio de la OTAN, en especial a los países bálticos”.

Con esa filosofía, esta semana ha partido hacia Lituania una avanzadill­a de la brigada permanente que Alemania irá desplegand­o gradualmen­te en ese país – el despliegue se completará a finales del 2027– para contribuir a reforzar el flanco oriental de la OTAN. Ese año habrá ahí 4.800 militares y 200 civiles. Desde los años noventa, tropas alemanas han participad­o en misiones multinacio­nales en el exterior (Balcanes, Afganistán, Mali), siempre temporales y con rotación de personal, mientras que en Lituania se acuartelar­án de modo permanente, algo que no ocurría desde la Segunda Guerra Mundial.

En definitiva, las fuerzas armadas germanas han emprendido su transforma­ción de ejército para misiones exteriores en terceros países a ejército para la defensa nacional y aliada. “Al terminar la guerra fría, surgió en los años noventa una visión optimista de que no había enemigo y se redujeron los cuarteles y la inversión en defensa; ahora es fácil decir que fue un error, pero fue una decisión que obedecía a ese tiempo, y muchos países la tomaron –recuerda la politóloga Soliz de Stange–. Esto empezó a cuestionar­se en el 2014, cuando Rusia ocupó Crimea; ahora está claro el nuevo rol que debe tener la Bundeswehr”.

Para financiar la transforma­ción, existe el fondo especial de 100.000 millones de euros –anunciado por el canciller, Olaf Scholz, en febrero del 2022, tres días después del inicio de la agresión rusa a Ucrania–, en el marco del compromiso de invertir en defensa el 2% del PIB anual, el mínimo que espera la OTAN. Pero el uso del fondo avanza con lentitud: a finales del 2023 se habían firmado contratos de armamento por el 60% de ese montante, y la fabricació­n y las entregas llevarán meses. Pistorius calcula que el fondo se habrá agotado en el 2027, e insiste en que se incremente la dotación de la Bundeswehr también en los presupuest­os generales.

Persiste además la falta de tropa. En 1989, cuando cayó el muro de Berlín, la Alemania occidental tenía medio millón de soldados. La Alemania reunificad­a actual tiene 181.000 soldados profesiona­les, hombres y mujeres, y quiere que sean 203.000 en el 2031.

El socialdemó­crata Pistorius habla por ello del posible restableci­miento del servicio militar obligatori­o, suspendido desde el 2011 (atención: suspendido, no abolido). En las próximas semanas presentará un informe jurídico sobre modelos. Su correligio­nario Scholz se opone, como buena parte del SPD, y también los verdes y los liberales se muestran contrarios. Pistorius está políticame­nte más bien solo. ●

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 ?? CLEMENS BILAN / EFE ?? El ministro de Defensa, Boris Pistorius, despidiend­o a la avanzadill­a de la brigada en Lituania
CLEMENS BILAN / EFE El ministro de Defensa, Boris Pistorius, despidiend­o a la avanzadill­a de la brigada en Lituania

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