Junts se erige en alternativa a “un Govern cómodo para Sánchez”
Junts per Catalunya ahondó ayer en su estrategia de polarizar la campaña del 12-M como un “plebiscito” entre su organización y los socialistas, entre la figura del expresident Carles Puigdemont y Pedro Sánchez, una maniobra que busca desacreditar al candidato del PSC, Salvador Illa, y dibujarlo como un dirigente dependiente del PSOE y de Madrid.
El secretario general de la formación, Jordi Turull, desde Girona, puso sobre la mesa el “gran liderazgo” de Puigdemont frente al de ERC, con Pere Aragonès, a quien catalogó como “cómodo y amable” con el Gobierno central, y el de un PSC que, según dijo, “no quiere molestar a Pedro Sánchez”.
Así pues, Turull insistió en que los comicios del 12 de mayo “son un plebiscito entre Puigdemont y Sánchez”, especialmente después de que haya trascendido que el presidente del Gobierno “no se moverá de Catalunya en estos días”, dijo en alusión a los mítines en los que participará el jefe del Ejecutivo central durante la campaña catalana.
Junts se exhibe como alternativa al Ejecutivo de los republicanos, al que acusa de situar Catalunya en “la cola” y en “el mejunje de comunidades autónomas de España, sin molestar para nada al Gobierno central”.
En ese sentido, el dirigente posconvergente responsabilizó a los republicanos del “nivel de incumplimiento de compromisos e inversiones por parte del Gobierno”. “Ha sido brutal”, mientras que en el 2017, con Puigdemont, “fue cuando más se cumplió”, contrapuso Turull, que además se refirió al líder de los socialistas catalanes como un “delegado, un encargado que no quiere molestar para nada a Sánchez”. “Nunca le hemos visto poner el grito en el cielo por Rodalies, por el corredor mediterráneo o por el incumplimiento de la ley de Dependencia”, remató. ●