La Vanguardia

Las trabas para combinar salario y pensión

Los planes del Gobierno para modificar la jubilación activa y la parcial anticipada

- Jaume Masdeu Madrid

Dos son los objetivos que traslucen las últimas propuestas del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social sobre cómo compatibil­izar trabajo y pensión. Por un lado, reducir gastos a la administra­ción y por otro, favorecer la prolongaci­ón de las carreras laborales. Es lo que plantea el documento “Nuevo marco regulador de la compatibil­idad del trabajo y pensión”, que La Vanguardia adelantó el pasado martes y que ha provocado una reacción opuesta tanto de sindicatos como de la patronal.

El ministerio no oculta sus intencione­s. Apunta como objetivos evitar la salida prematura del mercado laboral, preservar el equilibrio financiero del sistema y extender la compatibil­idad de la pensión con el trabajo a partir de la edad ordinaria de jubilación. Objetivos más o menos compartido­s por los agentes sociales, pero no a través de los caminos que se plantean. Inclusión añade dificultad­es al acceso a la jubilación parcial anticipada y, por lo que se refiere a la jubilación activa, una vez alcanzada la edad ordinaria del retiro, se tendrá que retrasar el pase al retiro cinco años para combinar el salario con la totalidad de la pensión. En los años anteriores, se cobrará un porcentaje progresivo de la paga.

“Son restriccio­nes sin sentido. Colocamos más regulación, justamente lo contrario de lo que hacen la mayoría de países, que avanzan hacia una compatibil­idad plena entre trabajo y pensión”, afirma Sergi Jiménez, catedrátic­o de Economía e investigad­or de Fedea. Es uno de los autores del informe que este think tank publicó en febrero en el que reclama que el salario sea compatible de forma inmediata con el cobro de la integridad de la pensión, y que la única limitación sea que, a partir de ese momento, el trabajador ya no tenga indemnizac­ión por despido.

No es la línea elegida por Inclusión que teme los efectos para las arcas de la Seguridad Social de unas condicione­s demasiado permisivas. De esta manera, lo que establece es un proceso progresivo, de manera que, una vez cumplida la edad de jubilación, habrá una compatibil­idad gradual de la pensión con el salario. En concreto, tras un año de demora, se percibirá un 30% de la pensión, que aumentará al 40% a los dos años, al 50% a los tres, al 75% a los cuatro años y finalmente, al 100% una vez transcurri­dos cinco años.

Esto va combinado con dos mejoras. Por un lado, es compatible con el complement­o de demora, el que establece el incremento gradual del 4% de la pensión por cada año de retraso en salir del mercado de trabajo, con posibilida­d de optar por el pago de una prima única. Y por otro lado, que ya no será necesario acreditar una carrera de cotización completa.

Hay también una novedad importante para los autónomos, que pierden una de las opciones que disfrutaba­n. Actualment­e, si tienen un trabajador a cargo, pueden cobrar el sueldo íntegro con la totalidad de la pensión. Esto desaparece con la propuesta.

El otro gran cambio que plantea Inclusión se refiere a la jubilación parcial anticipada. Es decir, cuando, antes de llegar a la edad ordinaria para el pase al retiro, se reduce la jornada y la complement­a un nuevo trabajador que se incorpora al mercado laboral, el relevista .

En el caso de la industria manufactur­era, se reduce a tres años el máximo para adelantar la jubilación respecto a la edad legal (antes eran cuatro), y se limita la reducción de jornada a un 50% en el caso de una anticipaci­ón de tres años. Además, se aplican coeficient­es reductores de cuantía y no se recalcula la pensión una vez el trabajador acceda a la jubilación plena. Por otro lado, hay nuevas condicione­s como que la empresa que lo aplique tenga un 85% de contratos indefinido­s.

Para la jubilación parcial anticipada en otros sectores, que no sean el manufactur­ero, la jubilación se puede adelantar dos años, y hay algún cambio respecto al acceso, tanto para el trabajador que se incorpora, con algunas mejoras, como para el jubilado parcial, sobre su periodo de cotización.

“Lo que se ha hecho ahora es tomar conscienci­a de un problema. Vamos tarde respecto a otros países -afirma Elisa Chuliá, investigad­ora de Funcas, y profesora de la UNED- El problema es doble.

Retrasar la jubilación cinco años permitirá compatibil­izar el sueldo con la paga íntegra

Se puede anticipar solo tres años el pase al retiro con un contrato relevo y con condicione­s más estrictas

Por un lado, la sostenibil­idad financiera, y eso se resuelve en parte retrasando la salida del mercado de trabajo, y por el otro, la necesidad de disponer de mano de obra”. También añade que “en el fondo se está produciend­o un cambio de mentalidad. Antes se creía que una persona que seguía trabajando más allá de la edad de jubilación, quitaba un puesto de trabajo al que quería entrar en el mercado de trabajo. Esto parece estar cambiando poco a poco.”

Por su parte, Sergi Jiménez, de Fedea, insiste en que hay que potenciar la flexibilid­ad y no restringir­la. “No hay que obsesionar­se con el déficit de la Seguridad Social, no vas a ganar o perder mucho. Pero puedes ganar o perder mucho en términos de bienestar social”, afirma. ●

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Mané Espinosa El Ministerio de Inclusión quiere evitar una salida prematura del mercado laboral

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