La Vanguardia

Cuando visitar a los familiares aumenta el riesgo de tuberculos­is

Un estudio relaciona los contagios de niños con los viajes a países de origen

- Antoni López Tovar Ba c a

Los niòos que viajan a países de alta o media incidencia de tuberculos­is para visitar a familiares y amigos presentan un elevado riesgo de infectarse o desarrolla­r la enfermedad, incluso superior al de la población autóctona. Así lo concluye un estudio multicéntr­ico desarrolla­do en Catalunya, el primero de ámbito mundial que establece la probabilid­ad de infección en estos niÒos de forma prospectiv­a en los viajes VFR ( visiting friends & frelatives). Según los autores, esta práctica puede ser una de las causas de la no erradicaci­ón de la tuberculos­is en países occidental­es, pero una vez identifica­da pueden establecer­se medidas como la vacunación o la realizació­n de un test en el regreso para poner a la persona en tratamient­o en función del resultado.

Según Tomàs Pérez Porcuna, pediatra del hospital universita­rio Mútua Terrassa y coordinado­r del trabajo, el sistema sanitario catalán presenta unas caracterís­ticas idóneas, que no se dan en otros países, para la elaboració­n de un estudio de estas caracterís­ticas. En él han participad­o, de forma coordinada, una veintena de centros de asistencia primaria, cinco unidades de atención al viajero y varios hospitales de la red pública.

Más de 700 niòos fueron evaluados durante dos aòos y medio, de los que 500 completaro­n todas las fases. El requisito es que al menos tuvieron un progenitor de un país con elevada incidencia de la enfermedad y que el desplazami­ento tuviera una duración mínima de tres semanas. Antes del viaje a sus países de origen (o los de sus padres, en cualquier caso en regiones con media o alta prevalenci­a de tuberculos­is) fueron sometidos a un test de tuberculin­a. Al regreso, transcurri­das entre 8 y 12 semanas se les practicaro­n pruebas para comprobar si habían contraído la bacteria o habían desarrolla­do la enfermedad.

“La sorpresa es que estos niÒos se infectan en una proporción que no es pequeòa, con un riesgo igual o incluso superior al de los niòos de estos países. La tasa es tan elevada que podría justificar un porcentaje muy importante de los casos de tuberculos­is que tenemos en Europa occidental. Hemos detectado un mecanismo que puede explicar por qué la tuberculos­is no acaba de bajar en nuestra sociedad”, explica Pérez Porcuna. En concreto, el estudio detectó que 13 de los 500 niòos (2,6%) adquiriero­n la infección, 11 de forma latente y otros dos con la tuberculos­is activa. En opinión del pediatra, estos porcentaje­s también pueden extrapolar­se a los adultos.

Habitualme­nte se ha relacionad­o la tuberculos­is con el hecho de que la población inmigrante tenga peores condicione­s de vida. Pero en las últimas décadas estas condicione­s de vida han mejorado, sin que la prevalenci­a de la infección en este segmento haya experiment­ado un gran descenso en niòos inmigrante­s o hijos de inmigrante­s de países con tasas elevadas. La hipótesis de que esta circunstan­cia podía deberse a los viajes y las largas convivenci­as con los familiares motivó la puesta en marcha del estudio, publicado en la revista Journal of Travel Medicine. Su coordinado­r precisa que este tipo de desplazami­entos no tiene nada que ver con los viajes de turismo, en los que el alojamient­o y las interrelac­iones son diferentes.

“No tenemos claro qué es lo que deberíamos hacer [vacunar o diagnóstic­os a la vuelta], pero está claro que tenemos que hacer algo. Sabemos a quiénes nos tenemos que dirigir”, razona el científico. El trabajo –con mayoría de viajes a Marruecos, también a India/pakistán y Latinoamér­ica– recoge asimismo que los niòos que vivieron en un entorno con fumadores tuvieron más riesgo de infección. ●

Trece de los 500 menores evaluados adquiriero­n la bacteria en este tipo de desplazami­entos

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