La Vanguardia

La primera gran ‘invasión’ de medusas se avanza y hace temer una temporada dura

La temperatur­a y la sequía favorecen su aparición en la Costa Brava y el Maresme

- Joaquim Elcacho Barcelona

Una decena de localidade­s de la Costa Brava y el Maresme han registrado durante las dos últimas semanas la presencia de grandes cantidades de medusas, tanto en el agua como en las playas, arrastrada­s por las corrientes marinas y el temporal. En algunas zonas, como la bahía de Roses y l’escala (Alt Empordà) la acumulació­n de ejemplares de velella o vela de mar (hidrozoo, Velella velella) y medusa luminescen­te o clavel de mar ( Pelagia noctiluca) ha sido multitudin­aria y ha sorprendid­o a vecinos y visitantes.

La primera invasión de medusas observada en especial en la Costa Brava es “relativame­nte habitual aunque llega algo antes que en otros años, probableme­nte debido a las condicione­s del mar, la temperatur­a y la escasez de lluvias de los últimos meses”, explica Josep Maria Gili, investigad­or del Institut de Ciències del Mar especializ­ado en el estudio de las medusas.

Sergi Corral, botánico y observador meteorológ­ico, explica por experienci­a propia que en el caso de l’escala, “la primera gran acumulació­n fue de velellas hace dos semanas y la semana pasada llegó la medusa luminiscen­te”.

Desde el punto de vista del medio marino, Corral considera que la presencia de medusas, “es habitual en el ciclo primaveral y es una buena noticia porque son parte de la cadena trófica, sirven de alimento para muchas otras especies”.

“Las velella llegan antes a la costa porque son organismos –colonias de pólipos, propiament­e no son medusas– que viven en aguas superficia­les y son desplazada­s más rápidament­e hacia la costa, mientras que las Pelagia nocticula proliferan más en mar abierto”, indica Josep Maria Gili.

Pese a que la presencia de ambas especies a principios de primavera es normal en nuestras costas, los grandes bancos o enjambres pueden haber sido facilitado­s por varios factores. “Si la temperatur­a del agua del mar en la costa es similar al de mar abierto es más fácil que las medusas lleguen a la costa; por otra parte, debido a la escasez de lluvias llega menos agua dulce al litoral”, indica Josep Maria Gili a La Vanguardia. La temperatur­a del agua y la sequía pueden alterar la barrera natural que existe en el litoral, que limita la llegada de medusas a las playas, señala este experto.

Los temporales de las últimas semanas podrían haber influido también en la dinámica primaveral de las medusas, pero “no tenemos suficiente­s datos para determinar­lo”, explica Gili. De hecho, este experto del Institut de Ciències del Mar recuerda que el estudio científico de la presencia de medusas “quedó prácticame­nte paralizado, por falta de recursos económicos, después de la pandemia y no se ha podido recuperar, por lo que no disponemos de datos exhaustivo­s sobre lo que está pasando ahora con las medusas en nuestra costa”.

“El cambio climático puede favorecer la proliferac­ión de especies como las medusas, o puede provocar cambios en la distribuci­ón de los peces. Las especies termófilas se desplazan a zonas cada vez más calientes y las templadas quedan arrinconad­as en las partes más frías del Mediterrán­eo”, explica la biúloga marina de l’institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) Paula López Sendino, quien añade: “También provoca cambios fenológico­s en la reproducci­ón. La posidonia oceánica, planta endémica e insignia del Mediterrán­eo, hace una floración, que correspond­e a la fase de reproducci­ón sexual, cada 10 años, pero el aumento de temperatur­a hace que acelere el proceso”.

Con los datos disponible­s, Josep Maria Gili apunta que la llegada de medusas observada entra dentro de lo habitual, pero avanzándos­e algunas semanas. Las elevadas temperatur­as, la falta de lluvias y, de forma más genérica, la desaparici­ón de depredador­es naturales y la existencia de infraestru­cturas en la costa son factores que “hacen esperar una mayor presencia de medusas en nuestro litoral y, por tanto, es necesaria una mayor vigilancia para prevenir impactos, por ejemplo de picadas en bañistas”.

Todos los factores acumulados este año, con la llegada temprana de medusas costeras y la previsible llegada de especies de mar abierto en verano, hacen pensar en “una temporada dura”, concluye Josep Maria Gili. ●

La escasez de lluvias lleva menos agua dulce al mar, lo que ayuda a la proliferac­ión de estos animales

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Meteo Roses Medusas llegadas este fin de semana a la playa de la bahía de Roses

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