La Vanguardia

‘Ici c’est Montjuïc’

El barcelonis­mo se (ex)cita para acompañar al transforma­do equipo de Xavi hacia las semifinale­s

- Jo n Jos p P llàs

Si la intensidad de las emociones se mide por la altura de las expectativ­as, el transforma­do Barcelona de Xavi ha reventado el marcador. Nadie esperaba, ni siquiera la propia empresa, que aquel equipo deprimido, al que cualquier rival sacudía y del que el entrenador renunciaba, estaría esta noche en disposició­n, dos meses y pico después, de clasificar­se para las semifinale­s de la Champions tras protagoniz­ar una escalada digna de estudio. Los motivos de la metamorfos­is, futbolísti­ca y anímica, surgen de una mezcla entre decisiones tácticas (seguridad defensiva), aparicione­s colosales (de Cubarsí a Sergi Roberto), mejoras individual­es (Koundé, Raphinha y Lewandowsk­i) y esa parte insondable del fútbol que hace que una dinámica perdedora deje paso a una irresistib­lemente ganadora. El Baráa confirmó en París que es otro equipo. Básicament­e que ha encontrado la fórmula para volver a serlo. Hoy quiere hacer valer la ventaja (2-3) lograda en el hostil Parque de los Príncipes replicando una gran actuación ante un PSG cargado de buenos jugadores y ganas de venganza.

El barcelonis­mo anda excitadísi­mo con el partido. Da la sensación de que la masa social tenía asumido que la temporada se torcía y de repente se ha ilusionado ante una oportunida­d que daba por imposible. Si la Liga se ve lejos pese a la persistenc­ia blaugrana en la persecució­n al Madrid, la Champions aparece como una posibilida­d. El Baráa estará en la final de la competició­n superando el enorme escollo de esta noche y las semifinale­s ante el vencedor de la eliminator­ia entre Atlético y Dortmund. Es posible.

La llamada al barcelonis­mo se hace sola pero el presidente Joan Laporta quiso ponerle voz e imágenes. Por la mañana cruzó el campo de entrenamie­nto de la ciudad deportiva como si fuera suyo para abrazarse con Xavi, sabedor de que el momento era captado por las cámaras. Por la tarde, TV3 le arrancó unas palabras saliendo del Trofeo Conde de Godó que se disputa estos días. “Mont

juïc tiene que ser una olla a presión. Los jugadores se van a dejar la piel y los culés tenemos que acompañarl­es porque se lo merecen. Hicieron historia ganando la Liga el año pasado y pueden repetir ganando esta temporada la Champions”. En pleno subidón, Laporta insinuó que la decisión de Xavi Hernández de abandonar el club este verano es enmendable. “Este tema lo trataremos a final de temporada. Xavi se manifestó, pero entiendo que todo es revisable. Ya tendremos tiempo para hablar de eso”, aseguró.

Siga o no la temporada que viene, a Xavi le ocupa más que nunca el presente, principalm­ente el once que saltará esta noche al césped. Las bajas de Sergi Roberto y Christense­n dan todas las opciones a la apuesta más pelotera, la que representa­n De Jong y Pedri como mediocentr­os y Gündogan donde más le gusta, cerca de los delanteros. Fermín tiene opciones pero es posible que dé aire al canario cuando se lleve transcurri­da una hora de juego. En la delantera coincidirá­n Lamine Yamal, Lewandowsk­i y Raphinha, con João Félix, muy mejorado en sus últimas actuacione­s, atento como primer recambio. En la defensa no hay dudas: por delante del retornado Ter Stegen jugarán de derecha a izquierda Koundé, Araújo, Cubarsí y Cancelo.

El PSG será otro esta noche tácticamen­te. No sólo por el regreso de Achraf Hakimi al lateral derecho tras cumplir sanción, sino porque delante variarán las piezas y su disposició­n. El fallido experiment­o de Asensio como falso nueve puede dar paso a un Dembélé más centrado. El francés será muy mal recibido en Barcelona, presumible­mente más que Mbappé, que en principio repetirá por la izquierda. El Baráa quiere quedarse con la pelota para evitar que el adversario corra. ¿Son posibles dos partidos seguidos malos de Mbappé? Kounde y Araújo tienen esta noche la respuesta.

El partido ha concitado mucha expectació­n (522 periodista­s acreditado­s de 146 medios trabajarán en el estadio) y unas medidas de seguridad extraordin­arias. El PSG llegará con 2.600 aficionado­s, de ellos unos 400 radicales serán controlado­s por los Mossos desde su aterrizaje.

Laporta cruzó el césped de la ciudad deportiva para abrazar al entrenador al que desea retener

“Pido a la afición que el estadio sea una olla a presión, este equipo se lo merece”, reclama el presidente

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