¿España? Zara y El Corte Inglés
Cuando todo esto pase, y citaron la ley de amnistía, la demolición del espíritu de la Constitución y la apropiación socialista de todos los resortes del Estado, “lo que quedará de España es El Corte Inglés y Zara”, ironizó el exministro José Manuel García-margallo, la sonrisa del marianismo, en la presentación en Barcelona de España, terra incognita. El asedio a la democracia, libro del que es coautor junto a Fernando Eguizu, celebrada anoche en el Círculo Ecuestre.
El PP de Catalunya cerró filas con García-margallo, en agradecimiento por los servicios prestados, a pecho descubierto, durante el procés, que se sintetizan en un recordado cara a cara televisivo ante Oriol Junqueras, moderado por Josep Cuní. “El tiempo te ha dado la razón en todo lo que dijiste y se la ha quitado a Junqueras en todo lo que dijo”, afirmó Alejandro Fernández, líder y candidato a la Generalitat.
El Gallo Margallo, como le llamaban cariñosamente –o no– en el colegio, recordaba bien el debate: le costó la víspera una bronca con Mariano Rajoy y algo más con la vicepresidenta. “El bombardeo que sufrí fue espectacular”, recordó. ¿Mal negocio? Lo volvería a hacer, vino a decir, intacta la honra y desde la serenidad de ochenta años de vida, los cincuenta de antes porque sigue siendo europarlamentario y una gran cabeza, con permiso de Churchill y Telmo Zarra.
El libro, editado por Almuzara, que dirige Pimentel, alerta sobre el asedio que sufre la democracia española desde dentro –estrategia común de todos los populismos del siglo XXI–, y sobre cuyos peligros alertan los autores. No les duele España, pero les fastidia mucho: un Gobierno maniatado por su dependencia de los votos de la izquierda radical –tenaz termita en la tarea de cargarse la transición, “ejemplar”– y los independentistas vascos y catalanes, cuya naturaleza es la deslealtad.
“Con la amnistía llegará el vaciamiento de nuestro Estado”, pronosticó García-margallo, sabio en citas –y no de Google– y símbolo del espíritu de concordia de la transición. Lo resumió con dos palabras y una expresión muy española: “Vamos listos”. ●