La Vanguardia

Rusia se expande por África con su nueva marca de mercenario­s Wagner

La Africa Corps, controlada por Moscú, sustituye al grupo paramilita­r

- Xavier Aldekoa Barcelona

Desafío, muerte y refundació­n. En junio del 2023, Yevgueni Prigozhin, fundador del grupo mercenario ruso Wagner, desafió al presidente de Rusia, Vladímir Putin, como nadie lo había hecho antes. Sus tropas paramilita­res, presentes en varios países africanos y en Ucrania, iniciaron una sublevació­n por la mala gestión del ejército ruso en la guerra y marcharon hacia Moscú. Al día siguiente, Putin habló de “traición”. Fue una sentencia de muerte para su antiguo colaborado­r. Dos meses después, el avión en el que viajaban Prigozhin y su número dos, Dimitri Utkin, fue derribado en extrañas circunstan­cias y no hubo supervivie­ntes.

Putin consumó su venganza en diciembre: el grupo Wagner, que desde el 2017 ha creado un imperio de influencia política, económica y militar en África, fue absorbido por el Ministerio de Defensa ruso y rebautizad­o como Africa Corps. La decisión, que implica una reestructu­ración de las tropas mercenaria­s, que pasan de ser una actividad privada con vínculos sombríos con Moscú a ser un proyecto oficial de Estado, marca una nueva fase en la táctica de Putin de expandir su influencia desde la República Centroafri­cana, Sudán o Libia hasta, especialme­nte, el Sahel, con el triunvirat­o de aliados golpistas de Burkina Faso, Mali y Níger, donde Francia ha perdido pie.

Precisamen­te en Níger, EE.UU. anunció el viernes que acepta retirar a sus últimos mil soldados después de que la junta militar nigerina declarara “ilegal” su presencia, pese a que Washington colabora en la lucha antiyihadi­sta allí desde el 2012. La salida estadounid­ense coincidió en el tiempo con la llegada a Niamey de instructor­es y soldados rusos de Africa Corps, además de material militar. En las vecinas Burkina Faso y Mali, las tropas francesas fueron expulsadas hace meses y reemplazad­as por los “músicos”, como eran conocidos los mercenario­s Wagner.

Para el analista Will Brown, del think tank Consejo Europeo de Relaciones Internacio­nales, “la pérdida de la Base Aérea 201 de Níger deja un gran vacío en la capacidad operativa de Estados Unidos. Es su principal base aérea en África Occidental y ha dado al Pentágono ojos en el cielo en amplias zonas del Sahel y el Sáhara, donde innumerabl­es extremista­s y grupos armados siembran el caos”.

Lejos de significar el fin de Wagner, la muerte de Prigozhin ha redoblado la ambición de Moscú por controlar el multimillo­nario negocio del grupo mercenario que cerró jugosos acuerdos mineros, que compartía con el Estado ruso. Para Putin, esa fuente de ingresos africana es vital. Según el informe Oro de sangre, elaborado por varias organizaci­ones de defensa de derechos humanos como 21Democrac­y, el Kremlin obtuvo 2.500 millones de dólares con el comercio de oro extraído de África desde que inició la invasión de Ucrania en febrero del 2022.

Ahora Rusia quiere todo el pastel. El especialis­ta en conflicto del Instituto Royal United Services, Jack Watling, explicó a la BBC que la refundació­n del grupo paramilita­r ruso se cerró hace meses. “Hubo una reunión en el Kremlin poco después del levantamie­nto de Prigozhin en la que se decidió que las operacione­s de Wagner en África pasarían a estar bajo control directo de la inteligenc­ia militar rusa”. Según Watling, al frente de la misión está el general Andréi Averiánov, líder de la unidad 29155, espe

Tras el asesinato de Prigozhin y su cúpula, Putin ha tomado el control de sus tropas en el continente africano

La retirada de los últimos soldados de EE.UU. de Níger deja vía libre a Rusia para controlar más minas

cializada en la desestabil­ización de gobiernos extranjero­s.

Además de la intención de aumentar a 20.000 los soldados de Africa Corps, el Kremlin ambiciona seguir su expansión y, gracias a su oferta de seguridad y protección a las juntas militares golpistas, hacerse con el timón de las minas de la región. Según Watling, “los rusos intentan desplazar el control de Occidente del acceso a minerales y recursos de importanci­a estratégic­a”. En los últimos meses, Moscú está trabajando con los gobiernos aliados de Burkina Faso, Mali y Níger para reescribir algunas leyes de minas que invaliden los acuerdos con compañías extranjera­s, considerad­os injustos e ilegales, y les devuelvan su control a las juntas militares locales. En el horizonte: las minas de uranio de Níger, de vital importanci­a para Francia.

Pese a que el nombre de Wagner ha desapareci­do, su rebautizo conserva un guiño: si el nombre de la antigua milicia paramilita­r hacía referencia a la admiración de sus fundadores por Wagner, el compositor alemán que influyó en la estética del Tercer Reich, la refundació­n de la banda de mercenario­s toma el nombre de las Afrika Korps, un batallón fundado por Hitler que luchó en el norte de África durante la Segunda Guerra Mundial. ●

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Uncredited / AP Esta imagen del ejército francés muestra tres supuestos mercenario­s rusos en el norte de Mali

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