La Vanguardia

La sanidad no puede esperar más

- Jaume Padrós Presidente del COMB

Estamos ante un nuevo proceso electoral en Catalunya que definirá una nueva composició­n parlamenta­ria y un nuevo gobierno. Más allá de saber cuál será este nuevo escenario, los problemas y los retos que el sistema sanitario tiene planteados siguen siendo los mismos: la infrafinan­ciación crónica de la sanidad, el inmovilism­o de uno sottogover­no de la Administra­ción, la burocracia asfixiante y la falta de autonomía real de los profesiona­les conviven con la necesidad de fortalecer las estructura­s de salud pública, salud mental, atención intermedia, docencia, investigac­ión e innovación y, sobre todo, de una atención primaria fuerte, resolutiva y prestigiad­a. Urge una mirada organizati­va diferente por el impacto del envejecimi­ento de la población y del aumento de la cronicidad, y por los retos emergentes como los efectos en la salud debidos al cambio climático. Y todo eso se tiene que hacer manteniend­o la equidad, la accesibili­dad territoria­l y garantizan­do la calidad y la seguridad clínica.

La irrupción de la crisis sociodemog­ráfica de profesiona­les, que ninguna administra­ción ha sabido considerar de manera preventiva, ha precipitad­o la necesidad imperiosa de acelerar, no solo el abordaje de los problemas más coyuntural­es antes aludidos, sino también la de empujar de una vez hacia la modernizac­ión de nuestro sistema sanitario.

Las líneas básicas de esta modernizac­ión ya están definidas, ultraescri­tas, y bien concretada­s en el documento elaborado por expertos 30 mesures per enfortir el sistema de salut. Concrecion­es a corto, medio y largo plazo. Lo más importante es que, tanto las concrecion­es como el proceso deliberati­vo, han contado con el consenso de todo el mundo sanitario: un regalo para los políticos. Y a pesar de estar recogidas en lo que tenía que ser un nuevo Pacto Nacional, este no ha tenido tiempo de cristaliza­r por una nueva convocator­ia electoral. Un consenso pregonado que no acaba de concretars­e.

En los últimos 10 años hemos tenido 12 ministros de Sanidad y 5 consellers de Salut. ¿En estas condicione­s, cómo llevar a cabo unos cambios que necesitan tiempo? Si no se estabiliza­n los objetivos y no se asegura una continuida­d en el tiempo, será imposible implementa­r ningún proceso de cambio transforma­dor, sino al contrario, la situación nos vierte al inmovilism­o y a la frustració­n. Necesitamo­s mirada larga. Nos jugamos la pervivenci­a de la calidad y la excelencia de la sanidad de nuestro país. Lo afirmo con rotundidad y con preocupaci­ón.

El servicio público que más ayuda a la cohesión social del país y que representa también uno de los motores esenciales de dinamismo socioeconó­mico depende ahora más que nunca de la determinac­ión política de los actores –gobierno y oposición–, ejercida desde la generosida­d y alejada del tacticismo partidista.

Con independen­cia de quién estará en el gobierno y quién en la oposición, nos consta que hay una buena predisposi­ción para el acuerdo. La aspiración no es conseguir una foto para seguir haciendo lo mismo. Necesitamo­s un consenso honesto y generoso, desde la complicida­d y la determinac­ión, para que los acuerdos básicos se transforme­n en acciones concretas. Algunas tendrán que ser profundas y ocasionalm­ente incómodas y, por lo tanto, habrá que asumir que solo desde el uso de herramient­as de evaluación sólidas e independie­ntes –como ya hace mucho tiempo aplican los países más adelantado­s– y con el liderazgo de los profesiona­les sanitarios será posible no solo hacer los cambios imprescind­ibles sino también que la sociedad se las haga suyas.

Necesitamo­s un consenso generoso desde la complicida­d y la determinac­ión

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain