La Vanguardia

El último suspiro de Open Camp

El empresario que impulsó el parque temático del deporte en Montjuïc presenta un recurso de súplica al Tribunal Supremo En el programa electoral del 2015

- Sara Sans Barcelona

Open Camp se presentó como el primer gran parque temático dedicado al deporte, destinado a revitaliza­r el entonces infrautili­zado anillo olímpico de Montjuïc. En el 2014, el fundador del proyecto, Paco Medina, acordó las bases del proyecto con la empresa municipal BSM, siendo alcalde Xavier Trias. Sin embargo, el escenario cambió por completo tras las elecciones municipale­s del 2015.

El parque abrió en junio del 2016 y funcionó poco más de un año, cuando la empresa quebró. Medina se querelló contra los concejales Gerardo Pisarello, Jaume Asens y Eloi Badia por presuntos delitos de coacción, extorsión, falsedad, fraude, prevaricac­ión, cohecho y financiaci­ón ilegal de partido político. Tras el archivo de la querella –a la que ha tenido acceso La Vanguardia– el empresario acaba de presentar un recurso de súplica.

EL PROYECTO

Un parque temático en el anillo olímpico

El proyecto se planteó como el primer parque temático deportivo con una veintena de experienci­as de ocio deportivo, con simuladore­s de tecnología avanzada y de una gran variedad de disciplina­s. El objetivo era superar los 1,2 millones de visitantes al año. El parque implicó una inversión inicial por parte de Open Camp de 7,1 millones, “para mejorar el posicionam­iento, la valoración y las instalacio­nes”.

UNA APUESTA DE BSM La necesaria colaboraci­ón público-privada

Gaudí Innovation, junto con pequeños operadores e inversores, constituyó la startup Open Camp con el objeto social de promover y desarrolla­r, nacional e internacio­nalmente, el reposicion­amiento de las instalacio­nes deportivas de

Montjuïc. En junio del 2014, la empresa municipal BSM concertó el contrato de alquiler para la cesión del uso y gestión del Estadi Olímpic y la explanada del anillo olímpico por 230 días al año durante cinco años. El objetivo era aprovechar la enorme afluencia de turistas que accedían gratuitame­nte al Estadi Olímpic. BSM y Open Camp se comprometi­eron a promover conjuntame­nte un desarrollo comercial.

CAMBIO DE GOBIERNO

Las condicione­s cambian a un año de la apertura

Tras las elecciones del 2015, el nuevo gobierno municipal insta a Open Camp a implantar “una serie de arbitraria­s exigencias funcionale­s y comerciale­s y a denegar las necesarias autorizaci­ones y permisos municipale­s”, reza la querella. Entre ellas, la indisponib­ilidad comercial de los principale­s espacios y zonas del Estadi Olímpic, “la exigencia ilegal de condiciona­r autorizaci­ones municipale­s a la previa contrataci­ón laboral de de

■ En la página 29 del programa de Bcomú para las elecciones del 2015, bajo el epígrafe “Parar o revisar los proyectos contrarios al bien común”, aparece citado el Open Camp. El programa se refiere a proyectos “que sacan un beneficio económico de cosas públicas o consiguen condicione­s privilegia­das para operar con ánimo de lucro”. También cita la pista de esquí en la Zona Franca, SagreraKid­s, la marina de lujo del puerto, la Maquinista, Heron City, la fallida conversión del edificio de Deutsche Bank en un hotel Four Seasons o la red de aparcamien­tos municipale­s. “Muchos de los proyectos se han llevado a cabo de forma opaca, sin participac­ión ni debate público informado, por lo que se hace imprescind­ible revisar y exponer las condicione­s en que se ejecutan”, afirmaba la formación de Ada Colau. Proponía “tomar medidas para parar su actividad sin perjuicio del conjunto de la ciudadanía” y “analizar estos procesos y decisiones y estudiar su situación jurídica”.

terminadas personas y colectivos” o “permitir la entrada gratuita y la circulació­n libre por la planta principal del Estadi Olímpic, lo que mermó la previsión de ingresos.

EL MUSEO FALLIDO La instalació­n frustrada y la quiebra

Una de las iniciativa­s del Open Camp, la apertura del primer museo paralímpic­o del mundo, tuvo que suspenders­e, “y en su lugar se nos exigió producir una descarada exposición partidista de las Olimpiadas del Frente Popular Antifascis­ta de 1936”, esgrime Medina. También quedó frustrada una inversión de 726.000 euros de una campaña de marketing “que nos censuraron por utilizar el término parque temático”, reza la querella. El desarrollo del proyecto quedó seriamente tocado y también la financiaci­ón. “La preconcebi­da detención de la actividad de Open Camp provocó el despido de 252 trabajador­es, la pérdida de 11,4 millones por parte de 68 empresas proveedora­s y de los 31 millones que habían invertido las 24 empresas promotoras”.

EL RECURSO

88 hechos argumentad­os con 225 documentos y 18 citaciones En el recurso de súplica, Medina cita 88 hechos, aporta 225 documentos (contratos mercantile­s, actas, dictámenes, comunicado­s, correos electrónic­os...) y cita a 18 testigos. Además de a los cuatro querellado­s (Pisarello, Badia, Asens y Marta Carranza, excomision­ada municipal de Deportes), también cita a directivos de Open Camp y a cargos públicos como Ignasi Armengol, exdirector de BSM; Adelina Escandell, expresiden­ta de Fundació L’alternativ­a, el entonces concejal Jaume Collboni, o la directora de BSM, Marta Labata. El escrito insiste en el informe de calificaci­ón concursal, en la que el juzgado reconoció que Open Camp “no puede considerar­se como la causante de la situación, sino que han intervenid­o diversas causas exógenas en las que han intervenid­o distintas personas jurídicas y físicas”. ●

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LV Una imagen de archivo del estadio después de que BSM forzara a Open Camp la entrada libre y gratuita

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