La Vanguardia

Los militares iraníes dan un paso al frente

La Guardia Revolucion­aria controla cada vez más la política exterior de Irán y recibe impulso tras el ataque a Israel

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Dos semanas después del ataque a Israel en represalia por el bombardeo del consulado iraní el 1 de abril en Damasco, que causó 13 muertos, Teherán parece haber conseguido, al menos de momento, la desescalad­a que pretendía mediante una operación calibrada y teatraliza­da, “con los más simples drones y misiles” de su arsenal y con avisos a países de la región y a Estados Unidos de que, por supuesto, llegarían a Israel. Otra cosa es que consiga crear su ambicionad­a nueva realidad estratégic­a que le confirme como poder regional.

Si bien los analistas coinciden en que, como señala Ali Vaez, del Internatio­nal Crisis Group, “Irán no podía permitir que Israel piense que no hay límite a la decapitaci­ón de los líderes de sus fuerzas armadas y guardias revolucion­arios”, el resultado es que “a Irán le ha salido bien, de cara a salvar los muebles, y esto le ha servido para probar sus misiles y las defensas israelíes”, afirma Irene Martínez, experta en la región y profesora en la Universida­d Aga Khan de Karachi y de la Escuela de Defensa de la OTAN en Roma.

Moussa Bourekba, investigad­or del Cidob, subraya el hecho de que Teherán avisara previament­e de sus intencione­s de atacar Israel – probableme­nte a través de Turquía, o así lo afirmó, e Irak, tal vez Omán–. “Era lógico que EE.UU. activara canales desde el 1 de abril, y hasta el viernes 13 –día del ataque– sabíamos que había comunicaci­ones”. Luego, “Abdolahian –el ministro iraní de Exteriores– insistió en la ONU en que hubo mensajes antes y después”.

En la madrugada del 14 de abril, cuando a través de un mensaje de su misión en las Naciones Unidas en Nueva York, Irán daba por terminada su respuesta a Israel por el ataque a su sede diplomátic­a en Damasco, la embajadora suiza en Teherán fue convocada para recibir un mensaje destinado a Estados Unidos, según aseguró Mujtaba Abtaji, asesor del Ministerio del Interior iraní. Su interlocut­or no era en esta ocasión el Ministerio de Exteriores, como suele suceder en estos casos, y muchos más, en que los embajadore­s suizos, desde la ruptura de relaciones entre Washington y Teherán en 1980, representa­n los intereses de los norteameri­canos en tierras persas. En esta ocasión era llamada por la Guardia Revolucion­aria, que había estado a cargo de la respuesta militar de aquella noche con más de 300 drones y misiles. El mensaje era que Estados Unidos debería mantenerse al margen de la lucha y que si Israel respondía, Irán atacaría con mayor fuerza. Y sin avisar previament­e.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, negó que la referida comunicaci­ón con la embajada suiza se produjera de esa manera, pero muchos en Teherán no creen su versión. Desde hace años, los iraníes vienen siendo testigos de cómo la política exterior, especialme­nte la que tiene que ver con la región, ha pasado a estar en manos de la Guardia Revolucion­aria. Es bien sabido que muchos de los embajadore­s en la región no provienen del campo diplomátic­o, sino del militar. Así, el general Mohamed Reza Zahedi, la víctima más destacada del bombardeo israelí en Damasco, era el responsabl­e de coordinar la relación de la Guardia con Siria y Líbano, y tenía estatus de diplomátic­o.

Uno de los primeros en hablar abiertamen­te de esta evolución fue el exministro de Exteriores, Mohamed Yavad Zarif en una larga conversaci­ón que fue filtrada a la prensa en el 2021. Zarif hablaba del poder del “campo de batalla”, especialme­nte la fuerza Qods de la Guardia Revolucion­aria y su entonces comandante, Qasem Soleimani, en la “reorganiza­ción” de las políticas regionales. Esto continuó después del asesinato de Soleimani en enero del 2020 por un dron estadounid­ense en Irak.

El poder de los militares fuera de las fronteras iraníes se hizo explícito el año pasado cuando el Parlamento aprobó una ley en la que permitía que la Organizaci­ón de la Energía Atómica de Irán, el Ministerio de Inteligenc­ia y las fuerzas armadas coordinen sus relaciones exteriores a su propia discreción. En enero de este año, la ley fue modificada para permitir que solo los militares puedan impedir la intervenci­ón del Ministerio de Exteriores. Esta ley fue criticada por el sector reformista.

Si bien desde octubre, cuando la guerra en Gaza comenzó, el actual ministro, Hosein Amir Abdolahian, ha realizado múltiples giras regionales y visitado la ONU en dos ocasiones, analistas locales coinciden en que el poder del ministerio ha perdido gran poder bajo su dirección, lo que es una ironía si se tiene en cuenta que es visto como muy cercano a la Guardia Revolucion­aria. Hoy, este ministerio no está exento de la dinámica en que diferentes fuerzas y estamentos se reajustan para el día en que falte el líder supremo.

“El ministerio tiene más control sobre las relaciones con países lejanos como Alemania que con los países vecinos”, explicó Yavad Zarif el 4 de marzo, esta vez en una entrevista al diario Payame. Zarif, hoy profesor de relaciones internacio­nales en la Universida­d de Teherán, habló del caos actual en este campo y dejó muy claro que es el líder supremo, Ali Jamenei, quien delinea la política exterior. La pregunta es quién la pone en marcha y qué tan coordinada está.

Así, las conversaci­ones que llevaron a restablece­r en marzo del 2023 las relaciones con Arabia Saudí (suspendida­s desde el 2016), con la mediación de China, fueron lideradas por el entonces secretario general del Consejo Superior de Seguridad Nacional, Ali Shamkani, por encargo de Jamenei. Pero aquel acuerdo de mutua “no interferen­cia” – según el cual los saudíes bajarían el tono contra los iraníes y estos dejarían de armar a los hutíes de Yemen–, en realidad quedó en nada. En cuanto al expediente de las conversaci­ones para retomar el acuerdo nuclear destruido por Donald Trump en el 2018, está también a cargo del Consejo, y el ministro de Exteriores no tiene nada que ver con el tema. Las negociacio­nes que llevaron al acuerdo del 2015 estaban en poder del ministerio, entonces bajo la dirección de Yavad Zarif.

Irene Martínez cree que “los movimiento­s de Irán parecen más de Estado profundo que diplomátic­os”, y han tenido “errores de cálculo”, como el ataque sobre territorio de Pakistán contra una guerrilla beluchi, que sorprendió al Gobierno pakistaní, viéndose obligado a replicar lanzando un misil sobre Irán. Finalmente, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, ha tenido que viajar a Pakistán para encauzar las relaciones.

“Irán se sobrestima”, opina Martínez, que destaca su actividad propagandí­stica, “que puede atraer a los suníes de la región que se sientan descontent­os”. En TikTok, en Instagram..., aparece “como el único país que ha salido a defender a los palestinos. Aunque esto no sea verdad, tiene la bandera de la defensa de los palestinos ante el Sur Global”.

Un diplomátic­o con larga experienci­a en Teherán contaba que años atrás, especialme­nte antes de la presidenci­a de Mahmud Ahmadineya­d, todos en el Ministerio de Exteriores hablaban inglés y era posible discutir temas de alto nivel con mandos medios. Hoy, suelen traer a la mesa propuestas que muchas veces son de entrada “imposibles y fuera de toda realidad”. “Muchas veces pienso que lo importante es cobrar su sueldo”, se lamentaba al recordar que Irán solía tener una diplomacia de gran nivel. ●

Tras el ataque a Israel, la Guardia Revolucion­aria envió una advertenci­a a EE.UU. a través de la embajada suiza

“Exteriores tiene más control de las relaciones con Alemania que con los países vecinos”, dice el exministro Zarif

En Tiktok o Instagram, Irán se presenta “como único país que defiende los palestinos”, dice Irene Martínez

 ?? An d lu / Getty ?? El líder supremo, Ali Jamenei, reunido con jefes militares y de la Guardia Revolucion­aria el pasado 21 de abril en Teherán
An d lu / Getty El líder supremo, Ali Jamenei, reunido con jefes militares y de la Guardia Revolucion­aria el pasado 21 de abril en Teherán

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