La Vanguardia

Acusan al ejército de Burkina Faso de matar a 223 civiles en un solo día

- Xavier Aldekoa Barcelona

El 25 de febrero, los vecinos de las aldeas de Nondin y Soro, en el norte de Burkina Faso, se despertaro­n con el ruido de nudillos golpeando sus puertas: eran soldados burkineses. Tras pedirles su carnet de identidad y dividir a los vecinos en grupos, empezó la escabechin­a.

“Separaron a los hombres de las mujeres. Yo estaba en un patio con otra gente cuando ellos (los soldados) nos llamaron. En cuanto empezamos a avanzar, nos dispararon indiscrimi­nadamente. Yo corrí detrás de un árbol, por eso salvé la vida”.

Este testimonio de una agricultor­a de 48 años, recogido por una investigac­ión de la organizaci­ón Human Rights Watch (HRW), ilustra el horror de una de las peores masacres perpetrada­s presuntame­nte por el ejército del país africano, inmerso en una lucha sin cuartel contra varios grupos yihadistas que controlan amplias zonas del país.

Según HRW, soldados burkineses asesinaron a sangre fría a 223 personas, entre ellas a 56 niños, a quienes acusaban de colaborar con las bandas fundamenta­listas, que un día antes habían perpetrado diversos ataques “simultáneo­s y coordinado­s”, en los que decenas de civiles y soldados murieron.

Una supervivie­nte de 32 años apunta en esa dirección en el informe de HRW. “Antes de que los soldados empezasen a dispararno­s, nos acusaron de ser cómplices de los yihadistas. (...) Nos dijeron que no cooperamos con ellos porque no les informamos sobre los movimiento­s de los yihadistas”. El informe de la organizaci­ón de defensa de los derechos humanos recoge el testimonio de 23 personas, entre ellos 14 testigos, además de líderes comunitari­os y activistas, y señala que la matanza podría definirse como crimen contra la humanidad y pide a las autoridade­s del país que abran una investigac­ión urgente con el apoyo de la ONU.

Según los investigad­ores de HRW, que apoyan sus conclusion­es con imágenes y vídeos de verificaci­ón, soldados burkineses mataron en un solo día a 179 personas en la aldea de Soro, entre ellas a 36 menores, y a 44 vecinos en la localidad de Nondin, a cinco kilómetros, 20 de ellos niños. Tirana Hassan, directora ejecutiva de HRW, pide una respuesta del Ejecutivo de Uagadugú. “El ejército burkinés ha cometido repetidame­nte atrocidade­s contra civiles en nombre de su lucha contra el terrorismo, sin que casi nadie haya rendido cuentas (…) Víctimas, supervivie­ntes y sus familias merecen ver a los responsabl­es de esos graves abusos llevados ante la justicia”.

La masacre se enmarca en la espiral de violencia y venganzas que sufre desde hace nueve años el país, que en el 2022 vivió dos golpes de Estado.

La falta de seguridad se ha convertido en una de las cuestiones más preocupant­es en esta región. En los últimos años, facciones de Al Qaeda y el Estado Islámico llegados de Mali o Níger han convertido a Burkina Faso en el epicentro mundial de la violencia terrorista.

Además de expulsar a las tropas francesas de su territorio, una medida compartida por sus vecinos Mali y Níger, el nuevo líder del país, el capitán Ibrahim Traoré se ha aproximado a Rusia para cerrar acuerdos económicos y de seguridad. La presencia de soldados del grupo mercenario Wagner, ahora rebautizad­os como Africa Corps, es constante en el trío de países del Sahel.

La violencia desatada se ha convertido en una de las cuestiones más preocupant­es en la región. En los últimos años, facciones de Al Qaeda y el Estado Islámico llegadas de Mali o Níger han convertido a Burkina Faso en el epicentro mundial de la violencia terrorista. ●

Human Rights Watch denuncia que en la matanza indiscrimi­nada murieron 56 niños

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