Tras el susto de PISA
Las familias están preocupadas por el devenir de la educación. Temen que sus hijos no reciban enseñanzas de calidad y queden en desventaja en un mundo competitivo, globalizado y tecnológico
l descenso de la natalidad, sin ser deseable, juega a favor del sistema educativo. Se esponjan las aulas y se da un respiro a los profesores, que, por otra parte, engrosan una de las plantillas más numerosas de la historia. Estos datos apuntan a un escenario favorable con una educación de mayor calidad, que imposibilite informaciones como las del pasado informe PISA.
La realidad es que el sistema educativo se encuentra ante uno de sus retos más difíciles: más alumnos que nunca dentro del sistema (la tasa de abandono ha caído del 30% al 14% en unos años) y con más necesidades especiales (por pobreza o dificultades de aprendizaje y discapacidad). En este contexto, PISA ha colmado el vaso. En un proceso de cambio curricular, las familias empiezan a temer que la escuela no esté preparando bien a sus hijos.
Existe consenso político en una escuela que incluya a todos y no deje atrás a nadie. Eso implica no solo la presencia de alumnos vulnerables en el aula, sino dar a cada uno de ellos los recursos que necesita. Los objetivos son inclusión y equidad. Los recursos finitos requieren priorizar entre la diversidad de objetivos posibles: personal educativo y sanitario (enfermera, psicólogo, logopedas, más cuidadores), codocencia, gratuidad en la primera etapa infantil, aulas de acogida, refuerzo escolar, clases extraescolares para los más vulnerables o avanzar en el pacto contra la segregación impulsado por el Síndic de Greuges.
Preocupación por el informe PISA
Lacaída deresultados delos alumnos catalanes se detectó ya en el 2016, antes de la pandemia. El descenso fue aumentado con el tiempo, pero hasta PISA, que sitúa a Catalunya en la cola de España y Europa, no se ha reaccionado. El grupo de expertos, constituido por el Govern, pidió a la Administración que dé pautas claras y se apoye en la inspección para lograr mejoras, especialmente en matemáticas y lectura. Recomendaron apoyar la lectoescritura, la comprensión lectora en todas las etapas, refuerzo para los rezagados, formación de maestros. Asimismo, en el proceso de transformación de los currículos que implican una nueva forma de enseñar, piden no utilizar metodologías pedagógicas que no cuentan con evidencias científicas. Y reforzar el catalán en la escuela. Endefinitiva, que la Administración se convierta en un faro orientador y actúe con más determinación.
Móviles, libros y CHATGPT
La escuela busca el modo de conciliar la doble misión de preservar la atención de los niños, muy mermada por las pantallas, y prepararlos en competencia digital. El hábito lector, que fomenta el espíritu crítico, se ha resentido. Así las cosas, irrumpen las inteligencias artificiales. ¿Cómo enseñar? Este es un debate que alcanza a la universidad, obligada también a repensar sobre la docencia.
Financiación
Catalunya es una de las autonomías que menos invierte en educación, pese al aumento de presupuesto de estos últimos años.
El sector educativo reclama pasar del 4,5% al 6% del PIB en el 2029. Se arrastra un déficit de infraestructuras del que ya no se habla. Miles de niños han pasado su escolarización en barracones (aún se mantiene un millar), las escuelas no están climatizadas y la inversión ha sido inexistente en los talleres y laboratorios de los institutos de Formación Profesional (FP). Los partidos políticos suscribieron en junio del 2023 el pacto por la educación mostrando que no están lejos de una visión compartida. Falta conocer las prioridades y, sobre todo, las renuncias que suponen
El bienestar de alumnos y de docentes
Las familias esperan que los colegios sean espacios seguros para sus hijos en los que poder encontrar el apoyo de profesionales si estos tiene problemas. Un lugar libre de acoso escolar y de otras violencias, que detecten los problemas de salud mental. Los expertos pedían formación para el profesorado y más personal de apoyo y coordinación con servicios públicos. En el bienestar del alumnado también cabe debatir sobre el calendario escolar y las jornadas en los institutos. Respecto a los profesores, estos creen que deberían mejorar sus condiciones (plantillas más estables, codocencias, ratios, tiempo para preparar las clases, reflexionar sobre el trabajo y atender a los alumnos). La reforma de la profesión docente también debería estar en campaña.
La orientación profesional y la continuidad
Buena parte de los alumnos de los últimos cursos de la ESO y bachillerato no saben los estudios que escogerán y, después, en los primeros años de carrera o ciclos, la tasa de abandono o cambio de estudios es muy significativa. Esto supone un coste económico para la sociedad innecesario si primara una buena orientación. Por otra parte, la oferta de la FP se ha ampliado y se ha mejorado el proceso de preinscripción, pero faltan inversiones y profesorado, así como estrechar la vinculación con las empresas. ●
Un aula en la que todos los alumnos sean atendidos