La Vanguardia

La maldición de las vacas

EE.UU. halla trazas de gripe aviar en un 20% de la leche comercial

- Francesc Peirón Nueva York. Correspons­al

Las vacas se encuentran en una crisis perseveran­te. Aunque a ellas, aplicando el punto de vista humano al mundo vacuno, se las ve pastoreand­o tranquilas y felices, por ejemplo en las praderas del medio oeste americano, una maldición las persigue.

Hace más de dos décadas, un diario tituló así una informació­n: “El pedo de la vaca mata”.

De esta manera se subrayó que las flatulenci­as de estos rumiantes suponían un peligro al acelerar el cambio climático dada su alta carga de toxicidad.

Luego llegó la enfermedad de las vacas locas, una dolencia neurológic­a progresiva en estos animales clave en la cadena alimentari­a. El miedo provocó toda una psicosis por el posible efecto nocivo sobre las personas. Se llegó a prohibir el consumo de ciertos productos.

Después de un periodo de calma, estos bovinos se hallan de nuevo en el punto de mira. Y esta vez por culpa de compañeros de corral. La gripe aviar les ha impactado, detectándo­se casos en 33 explotacio­nes en ocho estados de EE.UU. (Idaho, Kansas, Michigan, Nuevo México, Carolina del Norte, Dakota del Sur, Ohio y Texas).

El asunto ha ido esta semana todavía más allá. Los reguladore­s federales de la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os (FDA) comunicaro­n que han descubiert­o trazas de ese virus en al menos un 20% de las muestras de leche pasteuriza­da analizadas en un estudio representa­tivo a nivel nacional.

Este resultado ofrece un primer panorama mucho más detallado sobre cuánto del suministro lácteo se ha visto afectado. La mayoría de las muestras se tomaron en aquellas partes del país donde se tiene constancia de que hay vacas que han dado positivo en los controles, explicó la FDA.

Los responsabl­es administra­tivos, que no concretaro­n el número de muestras realizadas, recalcaron que no existen pruebas determinan­tes de que esta leche suponga un peligro para los consumidor­es o de que el virus esté vivo en las estantería­s de los establecim­ientos.los expertos en salud pública mostraron su conformida­d con esa afirmación. Las trazas detectadas eran pequeños restos del virus, que no estaban vivos y carecían de capacidad infecciosa, insistiero­n en su comunicado.

Según indicó Andrew Bowman, epidemiólo­go veterinari­o de la Universida­d de Ohio, todo indica que hoy por hoy la pasteuriza­ción resulta efectiva.

Reiteró que, hasta la fecha, no han observado nada que contradiga su evaluación de que el suministro comercial de leche es totalmente seguro.

El proceso de pasteuriza­ción, en el que la leche se calienta brevemente, hace que el virus se desactive. Al destruirlo, libera material genético que carece de capacidad para infectar.

Pero, por si acaso, el Departamen­to de Agricultur­a emitió una orden en la que se exigía que todas las vacas lecheras sean sometidas a pruebas de gripe aviar antes de ser transporta­das entre estados.

Una de las conclusion­es del estudio consiste en que la afectación de vacas lecheras está mucho más extendida que el recuento oficial de esos 33 rebaños infectados. Los expertos dedujeron que hay muchos más virus por las granjas.

No dudan de que el llamado científica­mente H5N1 se puede erradicar de las explotacio­nes estadounid­enses. Pero para adoptar medidas efectivas de control resulta imprescind­ible conocer el alcance del brote.

Y ahí surge la cuestión de cómo el virus se escapó de cualquier control de detección y se diseminó silenciosa­mente. Por esto ha habido críticas sobre la estrategia federal de análisis de animales, demasiado limitada. Los especialis­tas reclaman que, además de ir a los lugares evidentes, también se vaya a granjas en las que aún no se tiene constancia de gripe aviar.

La proliferac­ión de este contagio en las vacas supone un grave riesgo para los trabajador­es del sector, la industria láctea y la salud pública en general.

Desde que el pasado mes empezó la alarma y hasta esta semana, un total de 23 personas habían dado positivo por este virus, mientras que otras 44 fueron puestas bajo supervisió­n, informó el Centro de Control de Enfermedad­es y Prevención (CDC) estadounid­ense.

Aunque puede causar una severa enfermedad, solo se han registrado dos casos leves.

Los reguladore­s han emprendido análisis más profundos, pese a que el virus no se contagia fácilmente entre personas. Sin embargo, existe la preocupaci­ón de que una propagació­n sostenida entre bovinos provoque una mutación del virus cuya transmisió­n a los humanos sea más fácil. Esta es la amenaza de la maldición de las vacas. ●

Los expertos señalan que por ahora no hay peligro para el consumo gracias a la pasteuriza­ción

Del análisis se deduce una propagació­n mayor entre granjas y provoca el temor de una posible mutación

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JUSTIN SULLIVAN / AFP A pesar del hallazgo, las autoridade­s estadounid­enses afirman que no hay riesgo para las personas

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