La Vanguardia

Ahí tienes la puerta

- Víctor-m. Amela

Ahí tienes la puerta”, espeta Jordi Cruz, juez de Mas

terchef (La 1, lunes y miércoles), a Tamara, una de las concursant­es. Tajante, cortante, despectivo, severo el semblante, un Jordi Cruz implacable retira a Tamara su mandil de concursant­e y le señala la salida.

Desabrido, sin el más mínimo gesto amable o empático, Jordi Cruz exhibe una agresivida­d a flor de piel y sin pizca de piedad. Está enfadadísi­mo. ¿Es sincero o teatraliza? Si es sincero, mal. Si teatraliza, peor. Porque Jordi Cruz está juzgando y condenando públicamen­te a Tamara por el “pecado” de haber tirado la toalla y entregar su delantal, por decidir borrarse del concurso, por anunciar que se larga de Master

chef-12. Tamara ha argumentad­o bien sus motivos ante los jueces del concurso: no se siente a gusto consigo misma y ha decidido anteponer su bienestar emocional al concurso televisivo, y entre ella y las expectativ­as de los jueces se ha elegido a sí misma.

Por un desviado entendimie­nto de la competitiv­idad, Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-nágera han perdido aquí una gran ocasión para impartir buena pedagogía. Han patinado con ellos guionistas, director, productora y cadena. Porque esto es lo que debiera haber dicho Jordi Cruz: “¡Tamara, eres valiente! No es fácil abandonar una cosa por lo que se ha luchado tanto. Has llegado hasta aquí por tus méritos y ahora tienes la inteligenc­ia de jerarquiza­r lo mejor para ti, la lucidez de discernir entre lo esencial y lo accesorio. Gracias por esta lección. Gracias por enseñarnos a tomar decisiones vitales. Saldrás de aquí por la puerta grande y yo voy a acompañarte para dejarla abierta para ti y para las personas valerosas y sinceras consigo mismas como tú. ¡Eres un ejemplo! Te admiramos y queremos, Tamara”. Jordi Cruz le abraza y besa sus mejillas.

Los jefes de RTVE han reaccionad­o avergonzad­os, y retiran de su plataforma y redes esta destemplad­a entrega de Masterchef. ¡Mal! Debieran volver a subirla como penitencia y como ejemplo de lo que un juez de concurso televisivo no debe permitirse nunca para entretener. Acabo con nota para Jordi Cruz: la persona competitiv­a no necesita ser ruda ni maleducada (señal de inferiorid­ad acomplejad­a), pues es solo competitiv­a la persona simpática, amable y bondadosa, suprema expresión de la inteligenc­ia. – @amelanovel­a

La concursant­e Tamara decide abandonar y Jordi Cruz la desprecia... ¡en vez de elogiar su lucidez y su valentía!

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