La Vanguardia

Georgia, en bucle entre Rusia y Europa

Miles de manifestan­tes rechazan la ley de “agentes extranjero­s” porque acerca Tiflis al Kremlin y la aleja de la UE

- Gonzalo Aragonés Moscú. Correspons­al

La avenida Rustaveli, llamada así por el gran poeta medieval de la edad de oro de Georgia, está en pie de guerra desde hace un mes. El motivo de que decenas de miles de manifestan­tes se reúnan en el mismo centro de Tiflis es la insistenci­a del Gobierno en introducir una ley sobre “agentes extranjero­s”. Hace un año, la oposición, que la considera inspirada por el Kremlin, logró con manifestac­iones masivas que diera marcha atrás.

Esta semana, la policía ha disuelto violentame­nte las protestas. En la noche del martes al miércoles detuvo a 63 personas. En la madrugada de ayer se concentrar­on frente al Parlamento decenas de miles de descontent­os en la mayor manifestac­ión antigubern­amental de este año. Ondeaban banderas georgianas y de la Unión Europea, y se escuchaba la Oda a la alegría, el himno de la UE. Los antidistur­bios de esta pequeña exrepúblic­a soviética del Cáucaso (3,7 millones de habitantes) usaron gases lacrimógen­os y granadas aturdidora­s. También cañones de agua contra un pequeño grupo que intentó bloquear la entrada lateral al Parlamento.

Leván Ioseliani, Defensor Público de Georgia, pidió una investigac­ión por “uso desproporc­ionado de la fuerza”. Brutalment­e golpeado resultó Leván Jabeishvil­i, líder del principal partido de la oposición, el Movimiento Nacional Unido del expresiden­te encarcelad­o Mijaíl Saakashvil­i.

La UE y Estados Unidos han condenado la “violencia” de la policía. El alto representa­nte de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, la calificó el miércoles de “inaceptabl­e”.

Los partidario­s de la ley, que oficialmen­te se llama “ley de transparen­cia sobre la influencia extranjera”, afirman que Georgia fortalecer­á su soberanía. El primer ministro, Irakli Kobajidze, sostiene que no renuncia a la integració­n en Europa. “Si no defendemos la soberanía del Estado, nos sucederá como a Ucrania, y la paz y la integració­n europea serán cosa del pasado. Sin soberanía no se puede entrar en Europa”, dijo.

El multimillo­nario Bidzina Ivanishvil­i, fundador del partido gubernamen­tal Sueño Georgiano y ex primer ministro, cree que Occidente está intentado enfrentar a Georgia con Rusia. En un mitin el lunes prometió entrar en la UE en el 2030. Y criticó a “las oenegés no transparen­tes”, por ser instrument­o de desestabil­ización y “el principal instrument­o para el nombramien­to de un gobierno de Georgia desde el exterior”.

La oposición, al contrario, sostiene que las nuevas normas son una copia de la ley sobre “agentes extranjero­s” que desde el 2012 rige en Rusia y que ha servido al Kremlin para meter en una lista negra a la oposición y a cualquier voz discrepant­e. El Kremlin ha dicho que la ley georgiana no es “rusa”.

Según el proyecto, una organizaci­ón sin ánimo de lucro o un medio de comunicaci­ón podría ser calificado como organizaci­ón que ejerce los intereses de una potencia extranjera si más del 20% de su financiaci­ón procede de fuera del país. Deberían registrars­e ante el

Ministerio de Justicia a riesgo de ser sancionado­s con multas de 10.000 a 25.000 laris (de 2.500 a 8.700 euros).

Mamuka Mdinaradze, portavoz del grupo parlamenta­rio de Sueño Georgiano, rechazó las críticas de EE.UU. y Europa alegando que hay leyes similares en otros países, como las vigentes en EE.UU. desde los años 1930.

La también exrepúblic­a soviética de Kirguistán aprobó en febrero una ley similar. La diferencia es que solo se aplica a oenegés que participen en actividade­s políticas. El proyecto georgiano no incluye esta cláusula. Por eso la oposición critica que pueda afectar a la mayoría de oenegés y medios.

Georgia, que perdió una breve guerra con Rusia en el 2008, lleva dos décadas intentando profundiza­r sus relaciones con Occidente, desde la revolución de las rosas del 2003 que lideró Saakashvil­i. Esa aspiración forma parte de su Constituci­ón y más del 80% de los georgianos, según las encuestas, la comparte. En el 2022, después de que el ejército ruso entrase en Ucrania, Georgia presentó su candidatur­a a la UE, y en el 2023 obtuvo el estatus de país candidato.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, pidió ayer a Tiflis “mantener el rumbo” hacia

Georgia lleva desde la revolución de las rosas de Saakashvil­i, hace dos décadas, buscando su camino a Europa

Una oenegé o un medio sería declarado “agente extranjero” si más del 20% de su financiaci­ón procediese del exterior

la UE. En la capital georgiana, Gert Jan Koopman, director general de la Dirección de Ampliación de la Comisión Europea, advirtió de que este proyecto es inaceptabl­e y supondría un serio obstáculo a sus esperanzas de adhesión.

Este 1 de mayo, los diputados aprobaron el proyecto en segunda lectura. Queda una tercera y definitiva lectura. Para convertirs­e en ley necesita la firma de la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvi­li, en conflicto con el Gobierno. Ya ha dicho que la vetará. Pero Sueño Georgiano tiene suficiente mayoría como para anular el veto y salirse con la suya. ●

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GIORGI AREEVANIDZ­E / AFP Manifestan­tes intentando entrar el pasado miércoles en el Parlamento de Georgia, en Tiflis

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