Los secretos detrás de los menús de la ficción
De ‘Hannibal’ a ‘Pobres criaturas’, la comida que se ve en pantalla es real y la elaboran chefs del ‘food styling’
Son ostras, ¿Las has probado?”, le pregunta el actor Mark Ruffalo al personaje de Emma Stone en la película Pobres criaturas. “No”, le responde la actriz en la piel de Bella Baxter, antes de tomar una y llevarla a su boca. Muchos de los espectadores que vieron esa escena probablemente desconocen que en la vida real la actriz es vegana y lo que se ve en pantalla, por más que lo parezcan, no son ostras. “Tengo varias técnicas pero en principio las hago de harina de arroz y diferentes setas”, revela Zoe Hegedus a La Vanguardia. La joven húngara fue la encargada del food styling (estilismo gastronómico) en el filme que se llevó cuatro estatuillas en los últimos premios Oscar.
Lo que comen los actores en las series y películas de ficción es comida real. Hasta las extremidades humanas que devoraba Mads Mikkelsen al interpretar a Hannibal Lecter eran de verdad. Por supuesto, la estilista culinaria de la serie, Janice Poon, no cocinó a ninguna persona: confiesa que tiene métodos para recrear la textura de la carne, incluso cuando cocina para actores veganos.
“Ante un proyecto nuevo lo primero que pregunto es qué pueden comer los actores, qué alergias tienen, qué intolerancias, y a partir de ahí, puedo empezar a trabajar”, explica Zoe Hegedus. Detrás de cada plato que se ve en la pantalla grande, hay una persona que lo diseña, lo cocina y se encarga de mantenerlo fresco durante el rodaje. Puede parecer sencillo, pero el food styling requiere de una combinación única entre una vasta experiencia culinaria y, sobre todo, una gran creatividad. “A veces los guiones detallan exactamente lo que se tiene que ver, pero hay otras en las que solo describen el ambiente y los personajes que están alrededor de una mesa”. Ahí el trabajo de un estilista culinario consiste en hacer una investigación de la época en la que se desarrolla el filme, las tradiciones de
En Pobres criaturas Emma Stone se
esa cultura y comenzar a crear.
“En películas de ciencia ficción como Dune, donde lo que se tiene que ver en realidad no existe, tengo que dedicar tiempo en la cocina y buscar la forma de inventar algo nuevo”. Zoe Hegedus fue también la mente detrás del menú fantástico que compone el universo de las
“Pasar tres temporadas creando comida gourmet para un caníbal afianzó mi lugar en el género”
películas lideradas por Timothée Chalamet. “Están en el desierto, no tienen mucha fuente de comida, tuve que hacer cosas más secas, que se pudieran coger con la mano y masticar”. Aunque la gastronomía no es la protagonista de la historia, es parte importante de la composición visual que llevó los
libros de Frank Herbert al cine. “Es un reto y me estresa, pero me gusta más que si solo tengo que hacer unas verduras a la plancha”.
Antes de dedicarse al estilismo de comida, Zoe Hegedus se formó en gastronomía y artes culinarias en el Basque Culinary Center de San Sebastián. “Allí adquirí un conocimiento muy profundo de la cocina y la hostelería en general”. Trabajó al principio en las cocinas de diferentes restaurantes de España, de tradicionales vascos a estrellas Michelin como El Celler de Can Roca. “Aunque es muy fácil enamorarse del trabajo dentro de la cocina, siempre supe que mi carrera no sería en un restaurante”. Después se mudó a Milán para una maestría en diseño culinario.
El food stylist es el encargado de hacer que la comida luzca lo más fresca posible y no pierda su forma tras horas de grabación. “Lo que comen los actores lo cambio en casi cada toma, serán entre unas diez o quince veces por escena”. Este, recuerda Hegedus, fue uno de los retos que enfrentó durante su primer trabajo en cine: Midsommar, del director Ari Aster. La película de terror se grabó en verano del 2018 en Hungría, a más de 40ºc. “No estaba acostumbrada a que mi comida de repente vuele con el viento, se seque con el sol o se llene de moscas”.
En el cine de terror, la comida suele adquirir una dimensión peculiar e inquietante. Una de las autoridades en el tema es la canadiense Janice Poon. “Tres temporadas creando comida gourmet para un caníbal afianzó mi lugar en el género”, explica. La artista estuvo a cargo del estilismo culinario en la serie Hannibal, el proyecto que llevó a la televisión el icónico personaje interpretado por Anthony Hopkins en El silencio de los corderos. A diferencia de Hegedus, Poon no venía del mundo de la cocina. Lo descubrió trabajando como directora de arte en una agencia de publicidad. Le cautivó lo que hacían preparando la comida para la cámara. Lo que más disfruta es cuando una idea abstracta cobra vida. Como cuando tuvo que hacer “carne de ballena cruda” apta para un actor vegano, un “pulpo bebé” que debía simular estar vivo en escena y un banquete para una fiesta de vulcanianos (la especie humanoide del universo Star Trek): tenía dos actores veganos, uno intolerante al gluten y otro que no comía fritos.
Es importante que el sabor no sea fuerte. “No uso muchos condimentos, no quiero que distraiga al actor que tiene que hacer entre cinco y diez tomas comiendo”. Lo mejor es usar sabores agradables pero neutros, concluye. ●
“No estaba acostumbrada a que mi comida vuele con el viento, se seque con el sol o se llene de moscas”