El hilo musical de Catalunya
El hilo musical de Catalunya ha sido progresista durante el procés, dando la impresión de que el país se halla más a la izquierda de lo que realmente está.
Para intentar superar el 50% de los votos, cosa que solo consiguió en las elecciones del 2021, en plena epidemia y en medio de una gran abstención, el independentismo tenía que empatizar constantemente con la escala de valores de las izquierdas, culturalmente dominantes en Catalunya desde los años setenta del siglo pasado.
Sería interesante dibujar un mapa de Europa con las regiones que mantienen la misma inclinación política desde hace décadas. En ese mapa destacaría Baviera, eternamente conservadora. En Italia veríamos a la Emilia-romaña aún pintada de rojo, pese a la Liga Norte. El Alentejo portugués fue feudo comunista hasta que los seguidores de Álvaro Cunhal empezaron a envejecer. Galicia es muy del Partido Popular, como se acaba de comprobar hace unos meses. Andalucía fue fiel al PSOE durante cuarenta años. Catalunya tiene dos raíles dominantes desde hace un siglo: el nacionalismo y la izquierda. No es cosa de ayer. No se lo inventó Pasqual Maragall. En 1923 se fundó la Unió Socialista de Catalunya. En 1931, Esquerra Republicana. En 1936, el PSUC. En 1945, el MSC. Y en 1966 se creó la Comissió Obrera Nacional de Catalunya.
El hilo musical de Catalunya es progresista, pero el país no es tan de izquierdas como puede parecer. Fracasado el procés, el hilo musical está cambiando.
En un reciente artículo en La Vanguardia, Josep Martí Blanch señalaba que la posible entrada de Aliança Catalana en el Parlament podría tener un efecto equivalente, en dirección ideológica contraria, a la incisiva irrupción de la CUP en el 2012.
En realidad, el eje ya se ha movido. El PSC se ofrece, rotundamente, como el partido de orden, y Salvador Illa habla en ocasiones como un democristiano en tiempos de Pablo VI. Carles Puigdemont se ha colocado el cinturón de seguridad y cuenta con un abanico de apoyos que van del rapero Valtònyc al antiguo empresario hotelero y expresidente del Futbol Club Barcelona, Joan Gaspar, hombre de Alianza Popular en los años ochenta. Es una apertura de compás muy, muy convergente. El compás de Jordi Pujol en 1980 iba de Heribert Barrera a la patronal de Alfredo Molinas, con Manuel Milián Mestre en el cuarto de máquinas.
Puigdemont empezó la campaña mostrándose muy ambiguo respecto a la posibilidad de establecer pactos postelectorales con Aliança Catalana, heraldo de la extrema derecha nacional catalana, grupo que podría llegar a ser necesario para mantener en pie una mayoría parlamentaria con el titulo de independentista. Junts firmó ayer un pacto con PSC, ERC, la CUP y Comuns Sumar por el que se compromete a no pactar con la extrema derecha. El hombre del cinturón de seguridad parece haber cambiado de táctica y ahora lo apuesta todo a la competición con ERC. Veremos cuánto tiempo dura ese pacto.
Un resultado significativo de las dos extremas derechas, la española y la catalana, podría ser una de las notas relevantes del 12 de mayo. Algunos sondeos también indican que Vox podría
El ‘procés’ ha aparentado que Catalunya era más de izquierdas de lo que realmente es
Las dos extremas derechas, Vox y Aliança Catalana, pueden tener acento el próximo domingo
seguir sobrepasando al Partido Popular. Sería una noticia terrible para Alberto Núñez Feijóo.
El hilo musical está cambiando en Catalunya, sociedad que, para bien y para mal, siempre ha sintonizado con las emisiones europeas en onda corta. Aquí, Radio Budapest. ●