Saludos a Rembrandt
Un recorrido por algunas exposiciones abiertas en galerías y museos barceloneses
La galería Joan Gaspar expone obra reciente de Enrique Brinkmann (hasta el 15 de junio). Hacía veinte años que este artista malagueño nacido en 1938 (por cierto: en el mismo edificio que Picasso, situado enla plaza dela Mercè) no presentaba una muestra individual en Barcelona. En estos últimos años Brinkmann ha renovado su modo de expresión y en su actual exposición demuestra estar en plena forma. Sus pinturas más recientes siguen siendo abstractas y guardan coherencia con toda su obra anterior, pero ahora la materia es abundante y con frecuencia llega a saturar todo el cuadro. Así sucede en la serie Pintura: cada cuadro aparece como una especie de mosaico compuesto por fragmentos gestuales, masas de óleo mezcladas previamente, antes de ser plasmadas en la tela mediante una espátula bien cargada. En esta línea se sitúa también Saludos a Rembrandt, que evoca la gama cromática y la fuerte presencia que ofrece la pintura del maestro holandés. Parece un cuadro de Rembrandt sin figuras, un retrato, pero no de una persona o personaje, sino de la propia pintura.
Obras de formato más pequeño, como Dispersión o Musical, expresan ritmos y relaciones en el espacio. En el óleo y grafito La parte superior, Brinkmann contrasta una zona muy densa en colores con otra casi vacía. Y
destaca también La Desbandá, un gran díptico que recuerda la masacre cometida por el ejército fascista contra la población civil el 8 de febrero de 1937, en la carretera entre Málaga y Almería, cuando la gente intentaba huir de la guerra.
La galería Marc Domènech expone Joaquim Chancho. Anys 70 (hasta el 7 de junio). Aunque Chancho es excelente cuando se sumerge en el color y se expresa mediante el óleo, viendo esta selección es evidente que también lo es en otros registros, más austeros. Si sus Inscripcions de 1978 y 1979 evocan las escrituras gestuales de Mark Tobey, sus Diagonals de 1971 y 1972 anticipan los ritmos y la estructura de la gran serie de Vicente Rojo México bajo la lluvia, de los años ochenta.
En La Galeria, de Sant Cugat del Vallès, Marcos Palazzi presenta (hasta el 8 de junio) una selección de pinturas, dibujos y esculturas donde el elemento común es, en todas las obras, la presencia de algún animal: abundan los animales humanos y los perros. Más allá de las ficciones metarrealistas y de las libertades contagiosas, cuando Palazzi retrata la mirada vacía de una cabeza de cordero, no desmerece respecto a Antonio López, ni tampoco ante Rembrandt. Pero el tono principal es vitalista, libre y suelto, como el final canino de Mon oncle, de Tati.
En Barcelona se pueden visitar también muestras como La Ocaña, en Mayoral (hasta el 1 de junio). O la de Dora García en Projectesd (hasta el 18 de junio), que interesará especialmente a los admiradores de la obra densa y fluvial de James Joyce. Las Paratopías que Muntadas expone en la muestra inaugural de la galería Prats Nogueras Blanchard tienen una extensión en el local del antiguo Espai Poblenou (hasta el 25 de mayo). Allí se proyectan tres vídeos realizados a partir de las obras de Joris Ivens, Guy Debord y Jean-luc Godard.
Disfrute gráfico. Aunque Miguel Gallardo dibujó personajes tan potentes como Makoki y el Buitre Buitaker, desde la publicación en El Víbora de historietas como Poltergeis y Estados Alterados (toda una lección de historia del arte en dos páginas a todo color), tuve muy claro que El Niñato iba a protagonizar la primera obra maestra de este autor. Más allá de su estupenda síntesis de maestros principales como Segar (Popeye) y Vázquez, Gallardo desplegó en el álbum Los sueños del Niñato toda su sabiduría gráfica y vital, en logradísimos pastiches inspirados por Little Nemo, Yellow Submarine o por los dibujos de Saul Steinberg. Pues bien: hasta el 2024 no se había publicado una edición debidamente espléndida de esta obra. Lo ha hecho por fin La Cúpula. ¡Mil gracias! ●