“El voto que no vaya a Puigdemont facilita que Illa sea presidente”
Es cosa de dos: Puigdemont o Illa. Es la idea que trata de trasladar Junts en la recta final de la campaÒa, y así lo advirtió ayer el secretario general de la formación, Jordi Turull, en su intervención en el foro Barcelona Tribuna, en el que pidió concentrar el voto independentista en el expresident para hacer el “salto nacional” que, a su juicio, necesita Catalunya. “Cualquier voto que no vaya a Puigdemont facilita que Illa sea presidente”, avisó el dirigente posconvergente en su conferencia, organizada por la Societat Econúmica Barcelonesa d’amics del País, que preside Miquel Roca, la Asociación Espaòola de Directivos (AED) y La Vanguardia.
Bajo el título “Las encrucijadas del 12 de mayo”, Turull planteó a modo de resumen la siguiente disyuntiva: “¿Queremos ser tratados como ciudadanos catalanes de primera en Catalunya o como ciudadanos espaòoles de segunda?” Una disyuntiva en la que, obviamente, identificó la primera parte con el voto a su candidatura, y la segunda, a cualquier otra opción, pero singularmente a Salvador Illa, candidato del PSC y diana de los dardos del político de Parets del Vallès, junto al actual presidente de la Generalitat y candidato de ERC, Pere Aragonès.
Turull, presentado por el número tres de la candidatura de Junts, Josep Rull, y ante los expresidentes de la Generalitat Artur Mas y José Montilla, acusó a Illa de mentir cuando dio a entender el miércoles que desde Junts se le acercaron para promover una moción de censura contra Aragonès para convocar elecciones cuando estos salieron del Govern en otoòo del 2022. Y atribuyó estas palabras al “nerviosismo” de los socialistas y de su candidato a tres días de los comicios. “Se oye un murmullo”, repitió en varias ocasiones Turull, aludiendo a una eventual remontada de Junts en las encuestas para el 12 de mayo. Y es que también achacó al PSC y a Illa “nervios y cierta desesperación” por el anuncio de hacer jefe de los Mossos al mayor Josep Lluís Trapero, que tildó de “incoherente” sin conocer el resultado de las urnas.
En su exposición, seguida atentamente por la presidenta del Parlament, Anna Erra, y la plana mayor del partido, con los portavoces en el Parlament y en el Congreso, Albert Batet y Miriam Nogueras, respectivamente, el exalcalde de Barcelona Xavier Trias e incluso el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, Turull planteó las elecciones como un momento “muy determinante” para la historia de Catalunya, en el que no se elige solo quién gobernará en los próximos aòos, sino que “nos jugamos el país y el bienestar de las futuras generaciones”.
El dirigente de Jxcat quiso dar una especial trascendencia al retorno de Puigdemont, anunciado para el debate de investidura, y desmintió a los que piensan que servirá para “acabar con una etapa”, en referencia al procés. “El retorno de Puigdemont es una etapa de futuro, no de pasado”, recalcó el dirigente posconvergente, quien convocó a los catalanes a un “nuevo reinicio”, expresión que repitió constantemente en su discurso, sin renunciar “al buen gobierno ni a la independencia”.
En este punto, el secretario general de Junts esbozó cuatro encrucijadas en las que se encuentra Catalunya ante el proceso electoral, todas ellas entrelazadas: Nación o región, ambición o resignación, solvencia o incompetencia y liderazgo o tedio. La primera encrucijada le sirvió para confrontar el modelo de Puigdemont con el de Illa. “O avanzamos como una nación independiente o reculamos como una región más dentro de una Espaòa cada vez más decadente (...) y subordinada a los intereses del Estado”, planteó. Y las otras tres le fueron útiles para desacreditar al Govern de Aragonès, al que vio “resignado”, “incompetente” por no saber organizar ni unas oposiciones e incluso “dócil” y “cómplice” con el Estado ante “la amenaza de centralización”.
En paralelo, Turull fue desgranando los principales ejes programáticos de Junts: acabar con una presión fiscal que lleva a Catalunya a una “decadencia inevitable”, defender la lengua catalana, que definió como “el nervio de la nación”, culminar lo que se decidió el 1-O y para ello rehacer la unidad independentista. También destacó la necesidad de asumir el reto demográfico y propuso refundar la administración pública para hacerla más ágil. Turull mencionó otros problemas que acechan a Catalunya y que, en su opinión, el Govern de ERC no ha sabido darles una respuesta eficaz, como la educación, la situación del sector primario o la sequía.
Frente a estas cuestiones, para Turull, “hace falta alguien que lidere, que mande, que tome decisiones”. A su juicio, el candidato socialista no puede presumir de buena gestión, mientras que Puigdemont “lleva la nación en la cabeza y en el corazón”.
En el turno de preguntas, formuladas por el director adjunto de este diario Enric Sierra, Turull dejó claro que si finalmente se formara un Govern tripartito con Illa al frente y con el apoyo de ERC y los comunes, ello no tendría consecuencias para la estabilidad del Gobierno central, pero si Illa obtuviera la presidencia de la Generalitat gracias a los votos del PP, Junts se sentiría liberado del acuerdo de Bruselas que cerró con el PSOE tras las elecciones del 23 de julio. “Si Illa hace un Collboni, el apoyo en Madrid se ha acabado”, zanjó el secretario general de los posconvergentes, quien vería en ese acuerdo un “fraude”. ●
Disyuntiva ¿Queremos ser tratados como ciudadanos catalanes de primera o españoles de segunda?”
La investidura “El retorno de Puigdemont es una etapa de futuro, no de pasado”
Pactos “Si Salvador Illa hace un Collboni, el apoyo de Junts en Madrid se ha acabado”