La Vanguardia

Un Barça muy vip

A la espera del mejor Camp Nou, 200 empresas y 300 clientes gozan del Montjuïc más selecto

- A aïs Martí Barcelona

Subir las escaleras olímpicas. Adentrarse en Montjuïc. Una alfombra azul y una pulsera especial serigrafia­da con el partido y la fecha dan la bienvenida a la clientela vip. Hay dos tipos de brazalete según la sala y la experienci­a extra que elijan. Pero ambas cuentan con un amplio servicio de comidas y bebidas que se adaptan a la gastronomí­a del rival barcelonis­ta. Sí hay un clásico que nunca falla: el jamón cortado por profesiona­les de Singularis, los responsabl­es del catering vip, especializ­ados en servicios de alta gastronomí­a. El Musée d’orsay o Le Ciel en París, la Torre de Londres, el Castillo de Edimburgo o el Palau de la Música Catalana en Barcelona son algunos de los espacios en los que la compañía madrileña constituid­a en 1990 presta sus servicios.

En cada plato se especifica si los alimentos llevan gluten o lactosa y, por supuesto, aquellos clientes que tengan algún tipo de intoleranc­ia o alergia poco habitual, la habrán comunicado previament­e a los trabajador­es para que la experienci­a sea redonda. Para los más pequeños hay menú infantil y tampoco falta la barra de bebidas. En el caso de consumir alcohol, el cliente deberá hacerlo hasta una hora antes de que empiece el partido. Tras el encuentro, vuelven a abrir por una hora, hasta el cierre de la experienci­a.

Las salas llevan el nombre de dos de los principale­s patrocinad­ores de la entidad: Estrella Damm y Cupra, situadas en la primera y la segunda gradería respectiva­mente. Ambas fueron diseñadas y construida­s en seis meses por el equipo del Espai Baráa. Cabe recordar que la entidad ha efectuado una inversión de 20 millones de euros en adecuar las instalacio­nes y paga además cuatro millones anuales de alquiler de las instalacio­nes a BSM, la empresa municipal que gestiona el estadio.

Con este presupuest­o, que incluye el vip, se adaptaron dos pasillos y se vistieron con estructura­s circulares de color madera, parquet en el suelo y luz. Mucha luz azulgrana. Le aporta un toque distintivo y especial. Una de las salas, la Cupra, hasta tiene un balcón con vistas a la subida olímpica desde la Plaza de España. Se puede admirar una puesta de sol magnífica y gozar de los privilegio­s gastronómi­cos desde una hora y media antes del partido y hasta 60 minutos después del encuentro.

En ambas estancias aparecen productos de merchandis­ing de alto standing como los estuches con un diamante de 1 quilate del césped del Camp Nou por 15.000 euros, colgantes del estadio azulgrana de oro con diamante por 1.000 euros, o pins y brazaletes de piel con el estadio o el escudo y la citada piedra preciosa por 699 y 499 euros respectiva­mente. También se venden las camisetas de edición limitada que patrocina Spotify con el logo de Rosalía, Karol G o los Rolling Stones y que pueden alcanzar los 1.000 euros.

Unas 200 empresas, como Mitsubishi Electric, Aramark, Eurofred, Allesanaut­o o DS Smith, han solicitado el pase de temporada para gozar de esta experienci­a vip. Utilizan estos palcos y los ceden como herramient­a de fidelizaci­ón para sus clientes o bien para sus patrocinad­ores.

Más allá de las empresas –algunas llevan 20 años siguiendo al club– también hay unos 300 clientes con abono vip. Los precios de estos pases anuales, sean empresas o clientes, oscilan entre los 6.500 y los 16.000 euros por temporada dependiend­o del producto elegido y de los añadidos. Los packs pueden incluir el traslado a Montjuïc desde el aeropuerto y viceversa, visitas al Museo del FC Barcelona así como también invitacion­es a los partidos de las secciones profesiona­les –baloncesto, fútbol sala, balonmano, hockey patines– y al Estadi Johan Cruyff para ver los partidos del Baráa Femenino y del filial masculino, el Baráa Atlètic. Los pases más completos disponen de una de las limitadas plazas de aparcamien­to que el Ayuntamien­to de Barcelona ha concedido al club.

También se pueden adquirir pases por partidos, dependiend­o de la disponibil­idad. Pero se pierden esas ventajas de acceso a otras actividade­s del club. En el caso del BARÁA-PSG, sin duda el partido más vip del curso, un pase oscilaba entre los 900 y los 1.700 euros. Por este partido el club ingresó más de 7 millones de euros en ticketing.

Pero aún hay más. En los últimos meses el club puso en marcha

dos experienci­as extra prepartido. La primera, denominada Starpass, es un pase reservado para un máximo de 40 personas que tienen el privilegio de ver llegar a los jugadores al estadio cuando todavía no se han abierto las puertas al público general. La experienci­a incluye una visita a las zonas restringid­as como son el túnel de vestuarios, la zona mixta donde los jugadores valoran el resultado de los partidos o las salas de prensa en las que comparece Xavi Hernández y el técnico rival.

La otra atracción es la Warm Up Experience. Los trabajador­es del club conducen a la clientela vip hasta el césped para que puedan ver el calentamie­nto de los jugadores desde detrás de la portería que defiende Ter Stegen. Este curso no ha llovido mucho. Pero el día del Baráa-valencia a los 40 vips que pagaron por esta experienci­a no les faltó un chubasquer­o negro. En función del partido, el precio de estas experienci­as oscila entre 250 y 500 euros.

Cuando empieza el fútbol, los clientes vip con o sin experienci­a extra tienen acceso directo a los palcos. En total se han adecuado 2.000 localidade­s, prácticame­nte el mismo número de asientos de alta gama que había en el viejo Camp Nou. La única diferencia es que en Montjuïc están todas situadas en la zona de tribuna. Aquellas butacas localizada­s en la segunda gradería y que dan acceso a la sala Cupra, tienen mejor visibilida­d. Las de la primera gradería con acceso a la sala Damm se encuentran justo al lado del palco de autoridade­s del Lluís Companys que preside el máximo dirigente, Joan Laporta, junto a su junta directiva.

Por cierto, el catering de presidenci­a, el que se sirve en el palco con su particular vip destinado a los invitados por la entidad, no es de Singularis, sino de Xerta, el restaurant­e gastronómi­co con una estrella Michelin del chef Fran López y que está en Barcelona desde 2016. Su gastronomí­a se define como una ventana abierta a la cocina de las Terres de l’ebre. ●

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Àlex Garcia Los espacios Las salas Cupra y Damm, patrocinad­ores oficiales del club, esconden en su interior una barra de bebidas y una oferta gastronómi­ca que cambia según el rival. No falta nunca el jamón, cortado ante los clientes.
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Los clientes entran en Montjuïc, se colocan una pulsera distintiva, beben y comen manjares del catering Singularis, disfrutan de la panorámica que ofrece la montaña olímpica y, si lo precisan, al margen pueden elegir dos experienci­as para vivir de cerca la llegada del primer equipo y conocer sus instalacio­nes o vivir el calentamie­nto prepartido desde el césped.
Àlex Garcia La experienci­a. Los clientes entran en Montjuïc, se colocan una pulsera distintiva, beben y comen manjares del catering Singularis, disfrutan de la panorámica que ofrece la montaña olímpica y, si lo precisan, al margen pueden elegir dos experienci­as para vivir de cerca la llegada del primer equipo y conocer sus instalacio­nes o vivir el calentamie­nto prepartido desde el césped.
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Àlex Garcia
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