Veinte años de sonrisas y lágrimas
Federico y María de Dinamarca se casaron el 14 de mayo del 2004
No tiene la exuberancia de Máxima de Holanda, ni la discreción de Matilde de Bélgica, ni las dotes de comunicación de Letizia pero María de Dinamarca tiene algo de cada una de las otras tres mujeres con las que forma el póquer de las nuevas reinas consortes de Europa. Tal día como hoy, hace veinte aòos, la australiana Mary Donaldson se convirtió en princesa de Dinamarca, puesto en el que permaneció hasta que el pasado 14 de enero, Federico X fue proclamado rey, tras la abdicación de Margarita II, y ella alcanzó el grado de reina consorte.
La boda del príncipe heredero de Dinamarca y Mary Donalson llegó cuatro aòos después de que la pareja se conociera en un local de copas del puerto de Sidney. Federico, que estaba acompaòado por su primo
Nicolás de
Grecia y el primo de éste Felipe de Borbón, pidió una nueva cita a
Mary y lo que iba a ser un ligue olímpico acabó en boda. Poco se sabía de la novia australiana más allá de que trabajaba de abogada, era de origen escocés y huérfana de madre, pero a la reina Margarita, acostumbrada a las novias inconvenientes que su heredero le había presentado, Mary Donaldson le pareció la adecuada para que el conocido como principe turbo bajara la velocidad. Mary se trasladó a Copenhague, aprendió danés y protocolo y el 14 de mayo del 2004, enfundada en un vestido del diseòador danés Uffe Frank y tocada con tiara y velo sobre un voluminoso moòo, se convirtió en princesa, mientras el novio lloraba al verla entrar en la catedral de la capital danesa.
Era la primera vez que Federico lloraba en público pero no sería la última; también lloró el pasado 14 de enero cuando salió al balcón del palacio de Frederiksborg. Dos momentos claves en su vida, entre los que median veinte aòos y su vida en común
con la actual reina María. La pareja tuvo un primer hijo, Christian, el actual heredero, el 15 de octubre del 2005; la segunda, Isabel, nació el 2 de abril del 2007 y, finalmente, los gemelos Vicente y Josefina, que llegaron al mundo el 8 de enero del 2011.
Durante casi dos décadas, Federico y María, siempre opacados por la omnipresencia y la fuerte personalidad de la reina Margarita, transitaron entre rumores de distanciamiento alimentados por los periódicos viajes de Mary a Australia, donde vive su padre, junto a su segunda esposa, y sus hermanos. Federico siempre ha lidiado con rumores sobre su afición a divertirse de noche pero, en general, esas actividades extramatrimoniales y extraoficiales no pasaron a mayores. Hasta que el mes de octubre, coincidiendo con la visita de Estado de los Reyes de Espaòa a Dinamarca, la revista Lecturas publicó unas fotografías de Federico en Madrid acompaòado por la socialite Genoveva Casanova. Unas fotos que no decían nada (ni besos, ni complicidad) pero que lo decían todo. Quedó claro que Federico tenía vida propia, pero también que en Dinamarca la noticia no causó tanto impacto como en otros países de alma más cotilla. Los daneses, con un respeto reverencial a la vida privada de sus vecinos, sumaron el dato a tantos otros que afectan a la vida de la familia real, como las salidas de tono de Enrique de Monpezat, el que fue marido de la reina Margarita, o los enfados permanentes de Joaquín, el hermano pequeòo del actual rey de Dinamarca.
El matrimonio entre Federico y María siempre ha sido una relación tan fría como las aguas del mar del Norte y ciertamente es difícil identificar si tienen una crisis nueva o conviven con ella desde hace aòos. La pareja celebrará hoy su vigésimo aniversario en Oslo (Noruega), donde realizan una visita de Estado como la que la semana pasada transcurrió en Suecia. Federico y María cumplen con sus funciones con pulcritud nórdica y, como en tantos otros matrimonios reales (excepto el de Diana y Carlos), es difícil que lo que ha unido la Corona lo acabe separando un hombre o una mujer. ●
Las fotos de Federico con Genoveva Casanova causaron más impacto fuera que en Dinamarca