Copperfield, señalado por el #Metoo
Un total de 16 mujeres, entre ellas varias menores, acusan al mago de abusos
Las cosas no siempre suceden por arte de magia. A veces, muchas más de las deseadas, se deben a las malas artes.
David Copperfield, uno de los grandes artistas del ilusionismo, al que se llegó a bautizar como el mejor mago del mundo, se ha visto acusado de estar metido en uno de los peores trucos.
Hasta 16 mujeres, varias menores, denunciaron su conducta sexual abusiva y su comportamiento inapropiado a lo largo de décadas. El propio acusado y sus abogados niegan cualquier veracidad de esas denuncias. Las califican de mentiras, de invenciones que van más allá del ilusionismo.
La New York Historical Society dedicó a Copperfield una exposición en el 2018 sobre los objetos mágicos relacionados con la Gran Manzana que el prestidigitador atesora.
El mismo propietario de esos recuerdos se encargó de ilustrar la visita durante la presentación a la prensa. Ahí había un rincón dedicado al inolvidable Harry Houdini (1874-1926), cuya historia y sus desafíos al entendimiento influyeron decisivamente en la que sería su orientación profesional.
“A Houdini no le gustaban los magos, todos trataban de timarle,…, conozco esa sensación”, aseguró entonces.
Pasados estos años en que emergió el movimiento #Metoo con el que las mujeres decidieron no callar más los abusos que sufrían por el machismo, y la irrupción del pederasta multimillonario Jeffrey Epstein, que se suicidó en una cárcel del Bajo Manhattan en el verano del 2019 y en cuyos papeles figura el nombre del mago –acudió a una de las casas de Epstein a hacer trucos y cuestionó a una de las jóvenes si era consciente de que había chicas que recibían dinero para reclutar a otras y le dijo que sí–, Copperfield se considera víctima más que victimista. Es esa sensación que, según él, experimentaba el mítico Houdini, capaz de escapar de tanques de agua pese a estar maniatado. Copperfield, sin embargo, no logra evadirse de la sombra que le atenaza desde hace un tiempo, no hay ejercicio de escapismo que le libere.
Según una investigación de The Guardian, más de la mitad de las acusaciones contra él proceden de menores de 18 años. Algunas de ellas no teenían ni 15 años, si bien él poddría no saber su verdadera edad.e
Estas denunciass incluyen la circunstancia agravantea de que presuntameente drogó a tres de las mujerres antes de mantener relacionnes sexuales, por lo que ellas fueeron incapaces de consentir esos actos.a
Las reclamaciiones contra Copperfield, de 677 años, van desde finales de laa década de los ochentaa del pasado siglo hastta el 2014, siempre a paartir de esta indagaciónn en la que entrevistaron a más de un centtenar de personas y revisaron la docuumentación policiaal y judicial sobre estos casos.
Las denuncian-tes de la conducta del mago coincidieron con él por motivos laborales, cuando él ya era uno de los más exitosos ilusionistas con reconocimiento internacional. Algunas de ellas explicaron al citado diario que solo después de la irrupción del #Metoo tomaron conciencia y se sintieron capaces de hablar sobre sus malas experiencias con Copperfield, quien insistió en negar cualquierr mal trato fuera y dentro del esceenario.
Sus abogados declararond que “nunca actuó de foorma inapropiada con nadie, todaavía menos con menores de edadd”. Insistieron
Las acusaciones, que se extienden a varios años, incluyen el uso de drogas para hacerles perder la conciencia
que su patrocinado se caracterizó en todo momento por “su bondad, timidez y trato respetuoso tanto con los hombres como con las mujeres”.
Recordaron que Copperfield es un férreo defensor del #Metoo, y que otras acusaciones contra él ya fueron descartadas al quedar más que evidente que eran falsas.
Hay mujeres, sin embargo, que siguen hablando sobre la experriencia de ser drogadas y luego descubrir los abusos.
Una de las 16 supuestas víctimas, Britney Lewis, decidió dar a conocer públicamente su experiencia en el 2018. Es una de las que sostuvo haber sido drogada y asaltada sexualmente en 1988, cuando tenía 17 años y se abría paso como modelo. Copperfield negó esas imputaciones, que fueron publicadas en The T Wrap, una platafoforma digital especializzada en cubrir el sectoor de los media y el entreetenimiento.
Otra mujer confirmó a The T Guardian que tuvo uuna experiencia similar a lla de Lewis. Explicó que ellaa y una amiga ingirieron sin saaberlo alguna sustancia que les hhizo perder la noción de realidad antes de consentir mantener reelaciones. “Nunca diría esto a naddie si no fuera cierto, creo sincerammente que fui drogada en ese momento”, señaló una mujer identiificada como Gillian.
Relató que se encontró con Copperfield en 1993, tras uno de sus shows, para tomar una copa.
En otros cuatro casos, ellas remarcaron que él las había manoseado o hecho que lo tocaran de manera sexual en el escenario, en actuaciones en vivo. Ahí había tres adolescentes. Familiares de una chica, que estuvieron en la platea, indicaron que vieron como le tocaba el pecho.
Fallon Thorton, de 38 años, insistió en que David Copperfield apretó su pecho después de hacerla subir al entarimado en el MGM Grand Casino de Las Vegas, en enero del 2014. Aunque lo denunció a la policía local, como figura en los archivos, ella consideró que su asunto nunca lo tomaron en serio. La policía archivó por falta de pruebas.
Frente a todo esto, los abogados del artista insisten en que es pura fantasía. Pero las mujeres no callan ni por arte de magia. ●
Tanto el ilusionista como sus abogados sostienen que todas esas denuncias son puras invenciones