EE.UU. inicia el proceso para clasificar la marihuana como droga menos adictiva
El presidente busca el apoyo del voto joven y afroamericano, que ahora peligra
La marihuana no es, ni mucho menos, una droga inocente, aunque sus niveles de adicción y riesgo están lejos de los de la heroína, el éxtasis, el LSD o el fentanilo. Sin embargo, durante los últimos 54 años, Estados Unidos ha agrupado estas sustancias en la misma clasificación, desde que se aprobó la ley de prevención y control integral de abuso de drogas (1970) en el Congreso, precursora de la llamada guerra contra las drogas de Richard Nixon. La semana pasada, el Departamento de Justicia presentó una propuesta al Registro Federal para que esto cambie, situando la marihuana en la lista que le corresponde según la ciencia: con la codeína, la ketamina y los esteroides anabolizantes.
La Administración considera que su clasificación entre las drogas más peligrosas ha contribuido en este medio siglo a una “desmesurada” cantidad de multas y presos por delitos relacionados con esta sustancia que se ha cebado con las clases bajas y los afroamericanos. Según la base de datos del FBI, en el 2022 se dieron 208.000 arrestos por posesión de marihuana, un 30% del total de detenciones por drogas, y fueron condenadas unas 5.000 personas. El 30,2% eran afroamericanos, aunque son el 14,4% de la población.
“Demasiadas vidas se han trastocado por culpa de un enfoque fallido hacia la marihuana. Me comprometo a corregir esos errores, les doy mi palabra”, aseguró el presidente Joe Biden la semana pasada. Su Administración ha iniciado el proceso para reclasificar la marihuana de la lista I, que recoge las drogas con alto riesgo de abuso y sin uso médico, a la lista III, de bajo riesgo y con valor medicinal. El proceso de recalificación será lento, pues ahora se abre un periodo de 60 días para presentar objeciones, previas a su aprobación y entrada en vigor.
El cambio no la hará legal ni la despenalizará, aunque fortalecerá los argumentos para hacerlo, reconocerá a nivel federal sus propiedades y resultará en beneficios fiscales para los productores. Las drogas en la lista III no están sujetas a la norma federal del impuesto sobre la renta, por lo que hasta ahora los productores no han podido beneficiarse de exenciones por gastos empresariales.
Biden, que en su anuncio aseguró que la propuesta se basa “en la evidencia científica”, fue uno de los autores de la ley de Abuso de Drogas en 1986, cuando era un senador demócrata de 44 años. Esa ley promulgó nuevas penas mínimas obligatorias en relación con las drogas, incluida la marihuana, y multiplicó por cinco el número de personas negras encarceladas. En el 2020, prometió despenalizarla y dijo que “nadie debería estar en la cárcel por consumir o poseer marihuana”. Dos años después, aplicó un indulto masivo para miles de acusados por posesión simple, pero se opone a su legalización a escala federal.
Mientras su despenalización avanza en todo el país y ya es legal para uso recreativo en 24 estados y el Distrito de Columbia, la normalización de esta droga en la sociedad americana es abrumadora: por primera vez, su consumo diario ha superado al alcohol, según la Encuesta Nacional sobre el Consumo de Drogas publicada esta semana.
En el 2022, último año recogido en el estudio, unos 17,7 millones de personas reportaron un uso diario o casi diario de marihuana, comparado con los 14,7 millones que bebían con la misma frecuencia, una cantidad que también tiende al alza. Hace tres décadas, menos de un millón de estadounidenses consumían marihuana a diario; hoy esa cifra se ha multiplicado por veinte, según el mismo informe, que califica los resultados de “sorprendentes”.
Los tiempos han cambiado, como la percepción de la sociedad estadounidense, que en un 88% considera que debería ser legal tanto para uso recreativo como médico, según Pew Research. En el 2024, la mayoría de americanos vive en un estado donde lo es, tan solo doce años después de que Washington y Colorado se convirtieran en los primeros en regularlo. Los siguieron otros 22 estados, y en otros 14 es legal tan solo para uso médico.
Con su reclasificación, Biden busca impulsar la industria y ganarse el apoyo de votantes jóvenes y afroamericanos, que fue esencial en las presidenciales del 2020 y en noviembre estará en tela de juicio. En tres de los siete estados clave –Arizona, Michigan y Nevada– la marihuana es legal para uso recreativo y médico. Los cuatro restantes –Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin– tienen limitaciones estrictas, a pesar de que la mayoría de sus habitantes optaría por legalizarla. Sin embargo, las mismas encuestas muestran que esta no es una prioridad a la hora de elegir el voto, como sí lo son la economía, la sanidad o la gestión migratoria. ●
Desde 1970, ha tenido la misma clasificación a nivel federal que la heroína, el éxtasis, el LSD y el fentanilo
La marihuana es legal en 24 estados para uso médico y recreativo y la consumen a diario unos 18 millones de personas