La Vanguardia

“Roland Emmerich es un hombre amable y poderosísi­mo en cuanto a imágenes”

Eneko Sagardoy Actor de ‘Those about to die’ (Prime Video)

- E N T R E V I S TA PERE SOLÀ GIMFERRER

Eneko Sagardoy tiene un Goya por Handia y protagoniz­ó Irati, la película vasca más taquillera de la historia. Era parte del elenco de Patria y el año pasado se estrenó como director con el cortometra­je Betiko gaua. Ahora, para rematar que cumplió los 30 a principios de año, el viernes estrena Those about to die en Prime Video: un péplum de Roland Emmerich, director de Independen­ce Day o El día de mañana, con el oscarizado Anthony Hopkins o Iwan Rheon ( Juego de tronos) en la corrupta Antigua Roma del emperador Vespasiano.

¿Cómo es grabar con Roland Emmerich?

El primer mes todavía te dura el susto. Es impresiona­nte. Son cientos y cientos de personas trabajando: una cadena humana que asusta. Hay una disciplina y exigencia jamás vistas: tienes que ser un actor muy técnico y controlar muy bien lo que es un set de rodaje para entrar en esa rueda y sentir que haces algo de lo que eres mínimament­e consciente. Pero te acabas acostumbra­ndo y él es un hombre muy amable y poderosísi­mo en cuanto a imágenes. Llegábamos al set los actores y tres o cuatro jefes de departamen­to, y veías cómo él construía el storyboard al momento. Era un genio montando su serie en muy pocos minutos.

Imagino que, al leer los guiones, buscaba si tenía escenas de acción…

Daba por hecho las escenas de acción porque Roland me contó el arco de mi personaje: Andria es un vendedor de caballos de Andalucía que acaba de auriga en el circo romano. Sabía que eso iba a pasar. Nos llevaron un mes y medio antes a entrenar con caballos: primero con carros muy grandes y después con un equipo húngaro demencial.

En una serie así debe haber mucha distancia entre lo que se rueda y el producto final. ¿Se ha llevado alguna sorpresa?

En produccion­es más pequeñas, dan miedo las escenas con efectos especiales o con un montaje muy complejo, porque sabes que los recursos son muy limitados. Con Those about to die, si en el rodaje pensaba “esto no es creíble” o “esto no es posible de montar”, de repente me acordaba que estaba con Emmerich, que había cinco mesas con 20 técnicos de VFX que habían venido de Londres para trabajar cada plano al instante, y sabías que no tenías que preocupart­e de nada.

Husmeé en sus redes sociales y parecía haber buen ambiente en el rodaje. ¿Fue un erasmus? Claro. Me hubiera encantado que me hubiera pillado con 20 años.

De febrero a noviembre viviendo en Trastevere con actores iraníes, suizos, ingleses, sudafrican­os, estadounid­enses, canadiense­s, australian­os, islandeses… Con Iwan Rheon, por ejemplo, hablábamos de su Gales natal y de mi País Vasco: enseguida entablamos una conversaci­ón muy interesant­e y quedábamos para tomar algo después de los rodajes. Era como un rodaje muy vasco: de quedar después con los actores, de callejear, de hacer planes los fines de semana… Había unos egos muy colocados, gente muy ubicada de la que he podido aprender.

¿Qué quiere decir?

No lanzaban expectativ­as, pero estaban muy motivados. Aquí, cuando trabajas, los implicados dicen que será “la serie del año” o puedes oír al director decir que “esto va a los Goya seguro”. Pero bastante es hacer lo que estamos haciendo cada día: luego ya se verá qué recorrido tiene. Sin embargo, Those about to die, que tiene el presupuest­o que tiene, tenía unos actores y unos trabajador­es que estaban concentrad­os en el día a día sin pensar en la exposición que tendría. No ayuda ni es sano estar pensando esas cosas durante el rodaje.

¿Qué se lleva de este péplum? El valor que ha adquirido lo técnico como actor, de ser rápido en

Alto presupuest­o “De ‘¡acción!’ a ‘¡corten!’ siento que juego con elementos muy parecidos”

ejecución. Me ha servido también para ganar mucha autoestima como actor en inglés y para las escenas de acción. Y sobre todo he entendido que esos sueños inalcanzab­les, en realidad, son lo mismo de siempre en el día a día. Cuando fui a trabajar a Madrid, me sorprendió que era igual que en Bilbo. Aquí me ha pasado lo mismo: es igual trabajar en Those about to die que en casa. Esto desinfla los sueños, pero relaja muchísimo. No lo romantizo. Cambian los sueldos, los países y los actores con los que trabajas, sí, pero de “¡acción!” a “¡corten!” siento que juego con elementos muy parecidos de mí mismo. Me ubica con menos ansiedad de cara a los proyectos que puedan llegar. ●

 ?? ?? Eneko Sagardoy, a la derecha, es Andria, un experto en caballos que se convierte en auriga del circo de Roma
Eneko Sagardoy, a la derecha, es Andria, un experto en caballos que se convierte en auriga del circo de Roma

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain