Cada mochuelo a su olivo, que está aquí Elena Anaya

@ALVAROHERNANDEC

Día de los grandes en el Festival Internacional de Cine de Almería, con el VAR en modo multipantalla para poder ver todos los detalles.

Hubo un momento, de hecho, caótico y lleno de vida en la Diputación: el actor Secun de la Rosa charlaba en el hall con Alfredo Casas y Evaristo Martínez ante los micrófonos de SER Almería; en el patio de luces se celebraba la rueda de prensa de ‘La Corriente’ y, mientras tanto, en la primera planta del edificio una ristra de periodistas esperaban su turno para entrevistar a la flamante estrella del Paseo de la Fama de Almería, Elena Anaya.

Anaya disfrutó de buen tiempo (y no como Aitana Sánchez-Gijón) y, claro, así es fácil decir lo que dijo. Que si volviera a nacer lo haría en Almería, qué bien vivís y cosas que, oye, agrada que vengan de fuera a decirte, por sobreactuado que pueda sonar en según qué casos, como los de esos grupos de música que siempre agradecen tener “al mejor público” estén en la ciudad en la que estén.

En conjunto, había ambiente de esos días grandes del festival (que este año son 3), con estrella y gala, esta vez en pleno centro de la ciudad.

Mientras Anaya descubría su estrella, en los alrededores se asomaba incluso la gente a los balcones, como si aquello fuera un 31 de diciembre en Sol, o un Jueves Santo en Sevilla. “No me cabe el corazón el cuerpo”, decía Anaya paseando pizpireta tras descubrir “una estrella que nos guíe a todos”.

Podía influir en la comodidad de la actriz (aparte del cariño que le tenga a esta tierra), el hecho de estar en su salsa como homenajeada y no como la invitada extraña a una fiesta política. ‘Cada uno en su sitio’ es la máxima que ha estrenado con Elena Anaya la Diputación para despolitizar el asunto: en lugar de una rueda de prensa rodeada de cargos, la actriz estuvo a solas ante la prensa junto a Iznaola, con el presidente de Diputación arropando en primera fila. Cada mochuelo, a su olivo. Ojalá verlo pronto, así, con Pedro Almodóvar.