La cuenca del Segura está en situación de ‘prealerta’
La Confederación Hidrográfica advierte que si no llueve se activará una alerta hidrológica
La Confederación Hidrográfica del Segura, que recibe y distribuye las aguas del trasvase del Tajo, ha informado que en estos momentos los indicadores de la cuenca se mantienen en el nivel de ‘prealerta’, en base a los indicadores de escasez de recursos que recoge el Plan Especial de Sequía para el sistema.
Por el momento no hay una situación de emergencia y la Confederación señala que se puede mantener el agua para el abastecimiento humano y para buena parte de los regadíos que dependen de ese agua en Alicante, Murcia y Almería.
Advierte en cualquier caso sobre un posible agravamiento de esa situación a partir de finales de este año, cuando la cuenca hidrográfica y los territorios que dependen de esos recursos podrían entrar en el nivel de alerta. Todo dependerá nuevamente, aseguran sus responsables, de las precipitaciones en los embalses de cabecera durante los próximos meses.
Mirando al cielo Los técnicos de la Confederación señalan que de no producirse esas lluvias a lo largo del invierno y, en función de los indicadores obtenidos durante los últimos meses, tendría que contemplar un cambio de escenario durante los primeros meses del próximo año, en el inicio del nuevo año natural, dentro de un nivel de alerta lo que, tal y como ha señalado el presidente de la CHS, “nos llevaría a actuar según lo establecido en el Plan de Actuación de Sequía aprobado en noviembre de 2018”.
Algunas de las posibles medidas que recoge ese plan especial incluyen desde restricciones a los regadíos que se atienden en base a las aguas del trasvase y medidas de ahorro voluntarias en el abastecimiento a las poblaciones de la cuenca.
Desde la confederación hidráulica del sureste se ha incidido en que la actual situación es similar a la sufrida durante el pasado mes
La declaración del nivel de alerta se salvó en primavera por la llegada de lluvias intensas
Si no llegan lluvias pronto se aplicarán restricciones a los regadíos y ahorro en el abastecimiento
de marzo, cuando la cuenca llego a un índice global de alerta que llegó a ser alarmante para los usuarios de esas aguas. En aquel momento, la situación fue salvada gracias a las intensas precipitaciones que se produjeron durante los meses de primavera, que afectaron en especial a las provincias de Almería y Murcia.
Recuerda que también tuvieron una influencia positiva las lluvias recogidas, de forma más puntual, en los meses de octubre y noviembre del pasado año, que permitieron incrementar los volúmenes de agua almacenados y mantenerlos estabilizados. Sin embargo este año octubre y noviembre han sido meses menos ‘generosos’ en lluvias.