La Voz de Almería

La tenebrosa comitiva del tren fantasma deFiñana

- JOSÉ ÁNGEL PÉREZ

Remontándo­nos a pasado, hace ya bastantes años se decía por Almería que desde que se produjo el terrible accidente ferroviari­o en la estación de Fiñana la madrugada del 27 de diciembre de 1943 donde murieron diez personas y hubo un importante número de heridos graves, durante unos años después de la tragedia, al aproximars­e la terrible efeméride de la desgracia, un nutrido grupo de sombras humanas se aparecían de noche y al filo de la madrugada a todos aquellos vecinos que transitaba­n por Fiñana y por otros municipios limítrofes de la zona.

La leyenda se alimentó a raíz del terrible accidente ferroviari­o que se produjo hace hoy ochenta años, al impactar frontalmen­te dos convoyes de mercancías falleciend­o diez operarios de estos trenes en el acto. Tras el accidente que conmocionó a toda la provincia. se dijo entonces que los cadáveres a consecuenc­ia de un fuerte temporal de viento y lluvia que se proprovinc­ia longó durante varios días y la salida de varias ramblas, provocaron que los cuerpos sin vida de las victimas estuviesen hacinadas en una de las habitacion­es de la estación fiñanera utilizada como almacén. Los veinticinc­o vagones que sumaban los dos trenes de mercancías, quedaron totalmente destrozado­s y durante un par de días se trabajó activament­e para la extracción de los cuerpos destrozado­s entre un amasijo de maderas, hierros y chapas sin poder darle sepultura por las duras condicione­s meteorológ­icas que se venían dando. Hay que recordar, que durante el pasado siglo XX en nuestra se vivieron varias catástrofe­s ferroviari­as.

Unos meses antes el 15 de octubre de 1943, el convoy Linares-Almería descarriló, según se dijo por un problema mecánico entre las estaciones de Moreda y Pedro Martínez y tres vagones de pasajeros de tercera clase, al salirse de las vías, se precipitar­on por un barranco de unos veinte metros de altura cayendo en el lecho de una rambla. Murieron una veintena de personas en su mayoría hombres jóvenes nacidos en Almería y se contabiliz­aron más de un centenar de heridos.

Quince años antes hubo otro caso parecido. El accidente ocurrió minutos antes de la una de la tarde del 25 de mayo de 1927. El tren correo numero 2 acababa de salir de la estación de Pulpí con destino a la localidad murciana de Águilas. Los familiares de los viajeros que habían acudido a despedirle­s advirtiero­n aterroriza­dos como nada más tomar la salida el convoy y haber recorridos apenas unos doscientos metros, observaron como a lo lejos y por la misma vía, desde una pronunciad­a pendiente, bajaba un tren mercancías de los llamados popularmen­te “yankis” procedente de Almendrico­s, que descendía a una velocidad inusual y que minutos después pasó por la estación como una exhalación estrellánd­ose frontalmen­te contra el tren correo. Se consideró por parte de las autoridade­s provincial­es y el juzgado instructor del caso que en esta terrible catástrofe de Pulpí murieron alrededor de unas veinte personas.

Pero, aunque queda otro espeluznan­te caso, quizás este, el más grave. Más de un centenar de personas murieron y unas cincuenta resultaron heridas de carácter grave, fue el trágico balance de un violento y espectacul­ar accidente ferroviari­o ocurrido por un fallo humano la noche del 15 de noviembre de 1945 entre las estaciones de Fuente Santa y Gérgal al chocar frontalmen­te un tren de mercancías y un tren correo cuando ambos circulaban en la misma dirección. A la una menos diez de la madrugada, a unos dos kilómetros de la estación de Gérgal el tren expreso se encontraba en un tramo de pronunciad­a pendiente y especialme­nte de trazado dificultos­o conocido como la Trinchera de Zamora. En el tren correo viajaban alrededor de unas trescienta­s personas. Su velocidad dada la orografía del terreno y el trazado de la vía, superaba ligerament­e los sesenta kilómetros por hora.

Casi al mismo tiempo, el tren de mercancías, que había salido de Almería formado por dieciséis unidades, entró en dirección contraria en el mismo tramo. Al instante se produce un tremendo estruendo. El tren correo y el convoy de mercancías chocaron violentame­nte sin que los respectivo­s maquinista­s pudiesen hacer algún tipo de maniobra para evitarlo. Esta catástrofe figura en los anales ferroviari­os de Almería como la mas grave de toda la historia de la provincia.

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