“La gente que viene a comprar en Navidad a última hora es egoísta”
Trabajadores de supermercados de Almería, hartos de los clientes “desconsiderados” en estas fechas
En fechas navideñas de compras compulsivas hay dos tipos de consumidores: los previsores y los que lo dejan todo para última hora. Ambos nutren por igual las arcas de los distintos comercios, pero se diferencian en una cosa muy importante. Los segundos generan un perjuicio a trabajadores y trabajadoras que ven como en épocas fuertes de venta, como es la Navidad, sus jornadas laborales se alargan más de la cuenta y padecen un “desgaste físico y mental” que les impide disfrutar con normalidad de estas fiestas tan especiales.
“Se puede entender que se te haya olvidado una bolsa de hielo y entres a comprarla a un súper que está casi cerrando ya. Es una urgencia y una compra rápida. Pero cada día vemos entrar a numerosas personas a falta de diez minutos para el cierre que van con el carro para hacer una compra grande. Les comunicas que cerramos en unos minutos y les da igual, se lo toman con calma”, detalla Nuria, empleada de uno de los muchos supermercados de la capital almeriense en los que el hartazgo de los trabajadores con este tipo de clientela “desconsiderada” crece en estos días tan señalados.
En Nochebuena, algunas superficies de alimentación optaron por cerrar a las 17:00 horas y no a las 20:00 como en años anteriores, con el objetivo de permitir a sus empleados que pudieran pasar más tiempo con sus seres queridos. Este horario también se repetirá en Nochevieja, aunque los trabajadores temen que se den situaciones como las del pasado día 24 de diciembre: “Avisabas a la gente que quedaban dos minutos para cerrar y seguían entrando, se lo tomaban con tranquilidad y no tenían ningún miramiento por las personas que estábamos trabajando”.
Horarios Lo que piden los trabajadores de supermercados como Aldi, Lidl, Día o Mercadona, entre otros, es que los clientes “tengan en consideración a los que trabajamos y traten de hacer sus compras antes y no a pocos minutos de un cierre”, ya que provoca que estos empleados, que trabajan a un ritmo frenético durante toda la Navidad, terminen más tarde y en días como el que se avecina de Nochevieja, pierdan un tiempo muy preciado que podían dedicar a estar con sus familiares.
Estas situaciones no solamente se dan en fechas navideñas, “pasa a todo el año”. María del Mar, otra trabajadora de supermercado confiesa que “en Nochebuena llegas a casa estresada del trabajo por culpa de personas a las que les da igual que su compra a última hora implique que tengas que quedarte más tiempo luego a limpiar y ordenar”. Como muchas otras compañeras y compañeros, tiene hijos y asegura que “apenas los veo, ahora que están de vacaciones”.
Lo ideal para estos trabajadores sería que en días festivos como el 24 o el 31 de diciembre se abra “solamente hasta mediodía”, para que puedan organizarse también de cara a sus reuniones familiares. “Tenemos familia, son fechas importantes para nosotros, tenemos derecho a poder disfrutarlas como el resto de las personas”, afirma Nuria, que recalca que “la clientela debe concienciarse. Algunas personas ven que incluso has cerrado la puerta, que estás limpiando y les da igual, desordenan lo que acabas de poner bien y tienes que aguantarte”.
Impotencia Supermercados, tiendas de ropa y otros muchos negocios soportan esta problemática durante la Navidad, semanas en las que sufren una sensación de impotencia al ver cómo faltan solamente unos minutos para la hora de su salida y ven entrar por la puerta de los distintos comercios a clientes sin prisas que eternizan su jornada laboral. “Hay gente que se nota que viene para hacer una compra de ultima hora, porque necesitan algo en concreto, pero otras personas se relajan pese a saber que vamos a cerrar y eso me parece muy egoísta”.