La fotografía de Mar Sáez llega al Centro Pérez Siquier
La exposición es parte del programa que establece nexos entre la obra Siquier y autores actuales
Dentro de su línea de acción cultural y expositiva, el Centro Pérez Siquier cerró el año 2023 con una nueva exposición temporal: ‘Lugares propios’, de la fotógrafa murciana Mar Sáez. Una propuesta, comisariada por Sema D’Acosta y producida por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino con la colaboración de la Diputación de Almería.
Esta nueva exposición se incluye dentro del ciclo “Diálogos Pérez Siquier”. Un proyecto, iniciado a finales de 2022 y que se prolongará hasta mediados de 2024, para el que el comisario del mismo, Sema D’Acosta, ha seleccionado a cuatro autores de reconocida trayectoria: Txema Salvans (Barcelona, 1971), María Moldes (Pontevedra, 1974), Mar Sáez (Murcia, 1983) y Ricardo Cases (Orihuela, Alicante 1971). Fotógrafos todos ellos relacionados o nacidos en la zona de Levante y conectados con el mar Mediterráneo.
Como tercera exposición del ciclo “Diálogos Pérez Siquier” se presenta una parte esencial de la serie “Lugares propios” de Mar Sáez (Murcia, 1983). Un proyecto realizado entre 2018 y 2022 en Lo Pagán, una localidad costera del Mar Menor donde la fotógrafa pasó su infancia y adolescencia, y al que hoy Sáez se acerca con un ojo crítico cercano a la propuesta mordaz e irónica de la serie “La Playa” de Pérez Siquier.
‘Lugares propios’ es una crítica de la fotógrafa murciana a la situación del Mar Menor
Autora La exposición ‘Lugares propios’ de la fotógrafa Mar Sáez se podrá visitar, de forma totalmente gratuita, hasta el 4 de febrero de 2024, durante el horario habitual del Museo Ibáñez y el Centro Pérez Siquier: de martes a sábado de 11:00 a 14:00 horas en horario de mañana y de 17:00 a 20:00 horas en horario de tardes, y los domingos, de 11:00 a 14:00 horas.
“Se trata de un regreso a la memoria de mi infancia a partir de la amarga conciencia adulta del declive del Mar Menor. Una vuelta al territorio donde crecí para observar su herida, mirando a los nostálgicos ojos de unos veraneantes que añoran abrazar las cálidas costumbres del pasado, rodeados de un paisaje vivo que se diluye en su recuerdo. Visitantes y lugareños se siguen aplicando estos lodos, aunque ahora de forma diferente”, dice la autora.