La promesa búlgara Erik Stoev ya viste el verde del Unicaja Almería
Receptor, hijo de un mito y quinto jugador de esa nacionalidad tras Artinkov, Dimov, Milanov y Grazietti
Allá por 1989, último fin de semana del mes de octubre, se iniciaba la andadura del club en la entonces División de Honor del voleibol español. La noticia más destacada para dar inicio a la competición fue que la Federación aprobó un tercer extranjero en cada equipo, y los tres con los que partió Cajalmería fueron el argentino Guillermo Álvarez, el austríaco Oliver Stamm y el búlgaro Vanyo Artinkov en la posición de ‘universal’. Además, a lo largo de aquella temporada Moisés Ruiz incorporó a otro búlgaro, Sasha Dimov. Pasadas dos campañas llegó Milanov, y en 1997 se fichó al cuarto y hasta ahora último jugador de esa nacionalidad, Grazietti, con el que se tocó el cielo: doblete y subcampeonato de Europa.
El quinto Un cuarto de siglo después, la bandera de Bulgaria vuelve a ondear dentro de la pista en defensa de los intereses de Unicaja Costa de Almería gracias a un joven talento llamado Erik Stoev, hijo del mítico Martin Stoev. Voleibol en los genes, voleibol a todas horas, una constante en su vida, con 20 años sale por primera vez de su país y se incorpora para el resto de la temporada a las filas dirigidas por Charly Carreño. Receptor, 195 centímetros, una capacidad de salto impresionante… y ambición. Eso último es lo que lo ha llamado: “Decidí fichar por Unicaja porque es un equipo con mucha historia y ambiciones de ganar el campeonato”. Todo encajó, se dio la oportunidad y ya se ejercita con sus compañeros.
De hecho, así lo cuenta, “el club buscaba un jugador en mi posición y se puso en contacto con mi entrenador”, para añadir que, una vez aquí, está “muy satisfecho porque todo es profesional, además de que los jugadores y todo el personal son geniales”. No tenía una gran referencia, “sólo sabía que el equipo tiene una gran historia en España”, lo que sumó para que tomara la decisión de abrir su trayectoria internacional en la Superliga española y en Unicaja Costa de Almería. Respecto a Charly Carreño, sus primeras impresiones le dicen que “es muy buen entrenador y buena persona”, y en base a lo visto en los partidos desde que llegó, “creo que somos uno de los mejores equipos de la Superliga”, textual.
Al tiempo que admira a sus compañeros en el plantel ahorrador, “todos están en un nivel muy alto, muy bueno, son muy profesionales”, demuestra algo fundamental para triunfar, como es la confianza en si mismo y las ganas de comerse el mundo: “Yo me defino como un jugador que lo puede todo en el campo y es lo único que tengo en la cabeza”. En todo caso, sabe que llega a un destino que le proyectará, tal y como quiere: “Mi objetivo aquí es desarrollarme como jugador de voleibol para tener una buena carrera y, por supuesto, ganar el campeonato”. Para ello es fundamental su acople con el resto de compañeros y su intención es clara: “Apoyar al equipo, al que vengo a ayudar en todo lo que pueda”.
Bulgaria Sobre el listado de jugadores de su país que lo han antecedido a lo largo de la historia de Unicaja Costa de Almería, le ‘cogen demasiado lejos’ en el tiempo, dada su juventud, como le pasa también con el tristemente desaparecido Sokolov. En su caso concreto, no fue jugador propio, sino rival dentro de la pista, pero después sí ejerció de entrenador en la entidad ahorradora.
Stoev nació el 10 de abril de 2003 en Sofía, la capital de Bulgaria, con más de un millón doscientos mil habitantes, y la cambia por Almería, con la que ha tenido un flechazo: “La ciudad es excepcionalmente hermosa; ya he visto el centro y he ido a la playa”. El Moisés Ruiz también le ha enganchado desde un primer momento.
Sus inicios se produjeron en el Slavia Sofia y está claro el motivo por el que comenzó en este deporte: “Gracias a mi padre comencé a jugar”.