Ocho ahogados en el naufragio del ‘Sea Carrier’ frente a la Punta del Sabinal
Se han cumplido 44 años. Ocurrió minutos antes de las seis de la tarde del martes 13 de febrero de 1990. El buque de bandera egipcia “Sea Carrier” se hundió frente a las costas almerienses a unas doce millas al sur de la Punta del Sabinal. La posición exacta marcaba 36 grados, 42 minutos norte y 2 grados, 42 minutos oeste y a una profundidad de unos trescientos metros. En el naufragio murieron ocho personas ahogadas y otras siete fueron rescatadas con vida. En unos primeros momentos se achacaron las causas del naufragio a una vía de agua en el casco del buque a consecuencia del fuerte temporal que azotaba en esos momentos las costas de Almería, aunque posteriormente analizada la situación la hipótesis generalizada más certera fue que el accidente se produjo por un corrimiento de la carga que abrió una amplia brecha en la línea de flotación de buque, de ahí su rápido hundimiento.
El barco con una dotación de quince tripulantes a bordo en el momento de producirse la desgracia se dedicaba al transporte de contenedores. Los primeros datos del naufragio los facilitó el Gobierno Civil de Almería a últimas horas del día. Eran datos inconcretos y confusos ya que no existía una constancia oficial del accidente en la emisora costera de Cabo de Gata al no recepcionarse por radio ningún tipo de llamada de emergencia. Al parecer fue un buque de bandera soviética, el “Capitán Soklow” que navegaba por la misma zona, fue quien captó los primeros mensajes de SOS emitidos por el “Sea Carrier y alertó a las autoridades marítimas españolas.
Auxilio Desde la comandancia Militar de Marina de Almería se activaron de inmediato los mecanismos de emergencias en auxilio del mercante. En primer lugar, salió del puerto almeriense la patrullera de la Armada “P-115” y poco después se hacía a la mar el remolcador “Sertusa-10”. Las movilizaciones de emergencia se generalizaron conforme se conocía la dimensión del naufragio. Desde la Capitanía Marítima con base en San Fernando se ordenó al patrullero de altura “Cadalso” que navegaba frente a las costas de Melilla su urgente traslado hasta la posición donde se había producido el naufragio.
Mientras tanto la dotación del buque soviético ya había rescatado del mar a cuatro tripulantes vivos y un cadáver. Otro buque de bandera británica, el “Practingcole” que se sumó a las labores de auxilio logró rescatar otros tres marineros con vida. En la zona donde se produjo la tragedia navegaban ese día varios buques de distintas nacionalidades que conforme iban conociendo el suceso se ofrecían para ayudar en las labores de salvamento.
Una vez noche cerrada, las labores de rescate quedaron suspendidas reanudándose al día siguiente con la intención de buscar al resto de los desaparecidos. Aún quedaban en el mar seis personas. El capitán y los marineros supervivientes fueron trasladados hasta Gibraltar por los mismos buques que los recogieron en la zona del hundimiento. Mientras tanto dos helicópteros procedentes de la base gaditana de Rota sobrevolaban la zona del siniestro buscando algún vestigio en el mar que delatase la presencia de los náufragos, aunque ya entonces la sospecha generalizada, dado el tiempo transcurrido y el estado de la mar, era que los otros seis marineros se habían ahogado.
El barco, con quince tripulantes a bordo en el momento de la desgracia, se dedicaba al transporte de contenedores
La rapidez del hundimiento impidió reaccionar a algunos de los tripulantes fallecidos que estaban en la bodega
Rapidez del hundimiento El buque hundido desplazaba unas 1.000 toneladas, no figuraba en el nomenclátor de rutas y llevaba quince hombres en la tripulación. No se ofrecieron detalles acerca de la carga que transportaba, aunque se descartó que llevase contenedores. La Policía de Gibraltar, a donde fueron trasladados los supervivientes del “Sea
Carrier” en su mayoría de origen árabe, fue quien abrió una investigación sobre el caso. Al parecer la rapidez en que se produjo el hundimiento impidió reaccionar a algunos de los tripulantes fallecidos que se encontraban en la bodega sin darle tiempo a subir a cubierta quedando atrapados en la sala de máquinas.
Sin embargo, el 14 de febrero de 1990 fue rescatado el cadáver de uno de los desaparecidos avistado por el buque alemán “Halina” a unas diez millas al suroeste de Cabo de Gata. El cadáver estaba enfundado en un chaleco salvavidas del buque británico “Practingcole” uno de los barcos presentes en los primeros momentos del naufragio.
Un día después, un pesquero almeriense alertó sobre el avistamiento de otro cadáver a unas siete millas al sur de la desembocadura del río Andarax, tripulante del buque egipcio siniestrado. Como en el caso anterior también llevaba un chaleco salvavidas. Aun quedaban en el mar otros cuatro desaparecidos. Según la autopsia esta persona no murió ahogada, sino por inanición a consecuencia del frío. Un nuevo cadáver fue recuperado el 24 de febrero en la playa de Los Escullos de San José.
Hasta la fecha ha sido el último naufragio de un buque mercante de alto tonelaje que ha ocurrido frente a las costas de Almería.