La Voz de Almería

La ruina tan grande de jugar en un Estadio y no en un campo

- M. DEL PINO

En el verano previo a la campaña 2012-13 Alfonso García Gabarrón, presidente del Almería, toma la costosa decisión de colocar unas gradas supletoria­s en los fondos con el fin de acercar a la arena del circo balompédic­o a su hinchada. Lo hizo siendo consciente de que ello suponía una pérdida de localidade­s, pero convencido de que redundaría en un beneficio deportivo considerab­le al conseguir que los jugadores del Almería se vieran más arropados y que la presión sobre visitantes y árbitros fuese mayor.

La decisión de Alfonso García fue todo un éxito y año tras año, temporada tras temporada, los fondos se han llenado a rebosar como muestra de que a la afición le gusta vivir el fútbol muy cerca de sus jugadores y del balón.

Pero este pasado verano Mohamed El Assy toma una de sus peores decisiones desde comanda las operacione­s del Almería. Decide suprimir las gradas supletoria­s sin intención de aplicar la remodelaci­ón del Estadio. Era la crónica de una muerte anunciada. Desde entonces el Mediterrán­eo ha dejado de ser un fortín para convertirs­e en un chollo para los rivales.

Reflexión En el fútbol actual ningún equipo quiere jugar en un Estadio de atletismo y los equipos que lo tenían lo han remodelado para convertirl­os en Estadios de Fútbol. Jugar al fútbol con la afición a distancia es sinónimo de ruina deportiva. Como muestra un botón, el FC Barcelona.

Los azulgranas están construyen­do un nuevo estadio y juegan sus partidos en Montjuïc. Las consecuenc­ias económicas han sido un desastre ya que de tener 80.000 abonados en el Camp Nou y ser el equipo con más fieles de España, ha pasado a contar con solo 17.000 abonados y ser el noveno equipo con menos fijos de Primera. Pero en el terreno deportivo el desastre es mayor hasta el punto de que en 2024 es el peor equipo como local de las 5 grandes ligas de Europa.

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