La Voz de Almería

Iker Burgos sigue los pasos de papá pero mirando a la portería de cara

El hijo del mítico portero de Athletic y Poli Ejido visitó Almería como goleador del Torremolin­os

- TONY FERNÁNDEZ

A los porteros le salen los hijos delanteros, y si no se lo creen que le pregunten al mítico Barbero y al no menos famoso Kike Burgos. Pero no delanteros normales, nueves de toda la vida, de esos que buscan el gol cada día. El mundo al revés. Es lo que toca.

Barbero e Iker son jugadores que pasaron por las bases del Almería sin dar el salto y se buscan la vida con el gol en otras entidades. El club rojiblanco ya es pasado y el último en visitarnos ha sido el hijo del portero vasco que milita en el Torremolin­os, club que busca el ascenso.

Iker lleva mucha ‘Mili’ a sus 22 años y ha disfrutado de diferentes categorías, pero lo mejor siempre está por llegar y ha optado por Torremolin­os cerca de casa para relanzar su carrera con un ascenso de categoría que le abra de par en par las puertas del éxito.

Correcamin­os La obra deportiva de Iker Burgos es extensa por las categorías de base, y ha militado en grandes clubes, pero siempre con el sabio consejo de su padre y entiende el deporte como presente y futuro. Todo lo vivido le vale de experienci­a pero no da un solo paso atrás y sabe que sus goles le abrirán de par en par las puertas de la Liga de Fútbol Profesiona­l.

Su etapa de juvenil ha sido brillante y el salto al llamado fútbol grande implica sacrificio­s y mucha suerte.

Le queda cuerda para rato y ahora su objetivo es triunfar en tierras malagueñas y lograr un ascenso de categoría donde sus goles sean protagonis­tas y llamen a los agentes para que le abran las puertas de un fútbol profesiona­l que le viene de serie.

Valencia, Almería, Alzira, Motril, Torremolin­os... han sido destinos de un goleador que sabe vivir en el área y que tiene que seguir sumando dianas para ser mejor y ayudar en el ascenso.

Profesiona­l El fútbol es su vida y lo ha mamado desde niño. Su padre ha sido una estrella del balompié nacional, y no le faltan los buenos consejos, pero de nada le vale cuando salta al campo para competir. Sabe que el pan llegará con sus goles. Tiene claro que en el día a día está el éxito de la profesión y siempre con la mirada atenta de un portero de leyenda que le arropa y le levanta tras la derrota. Un padre nunca abandona a un hijo y se siente querido y valorado Iker por un Kike que no solo es buen portero sino una persona muy cercana que te deja huella.

Iker Burgos pasó por Almería para competir en la Tercera Federación, una categoría que se le queda pequeña, pero acepta el reto de pelear por un ascenso de categoría que a sus 22 años puede significar ese salto pretendido a un fútbol profesiona­l que necesita de buenos goleadores como Iker. No hizo gol en su vuelta a casa pero se llevó el cariño de familiares y amigos.

Tiene 22 años y pasó por la cantera de un Almería que nunca le dio la opción de saltar a la primera plantilla

 ?? LA VOZ ?? Kike con su hijo Iker, que le ha salido delantero centro goleador, en Los Ángeles.
LA VOZ Kike con su hijo Iker, que le ha salido delantero centro goleador, en Los Ángeles.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain