El dramático crimen del Jueves Santo
Un joven de apenas 21 años de edad falleció sobre las dos y cuarto de la tarde del jueves 8 de abril de 2004hace veinte años- a consecuencia de las gravísimas heridas sufridas en una discusión y fuese cobardemente apuñalado por otro muchacho casi de su misma edad, la madrugada del Jueves Santo en la puerta de un pub de la capital durante un altercado surgido frente a un local de copas en la zona de Oliveros. El joven nada más presentarse una ambulancia y los facultativos reconocer la gravedad de su estado fue evacuado de inmediato hasta el complejo sanitario de Torrecárdenas donde fue intervenido quirúrgicamente. El infortunado joven presentaba dos gravísimas heridas por arma blanca en la zona torácica y otra en el costado derecho recibidas en la violenta pelea ocurrida en la puerta de un pub de la calle Sagunto. Todo sucedió de prisa y aunque había gente en la zona no fueron muchos los que se percataron de lo que estaba ocurriendo. Pasaban quince minutos de las cinco de la madrugadamomento de cierre de uno de los establecimientos de copas de esta calle- y aunque en aquellas fechas oficialmente no se llegaron a especificar los motivos de la pelea, al parecer tanto la victima como su agresor que fue detenido unas horas después por una dotación del 091 de la Policía Nacional, se conocían de hacia un cierto tiempo y mantenían viejas desavenencias sin que transcendiera la causa que desembocó en la tragedia. El muchacho quedó desvanecido en el suelo después de caminar unos metros pidiendo a gritos auxilio y tratando desesperadamente de taponarse con las manos las heridas del pecho de las que manaba abundante sangre.
Algunas de las personas que presenciaron la brutal pelea fueron quienes al comprender la gravedad del estado del muchacho con una fuerte hemorragia informaron a la sala operativa del 091 y al servicio de emergencias sanitarias del 061.
A la llegada de los servicios sanitarios, los médicos apreciaron en la víctima una profunda herida inciso punzante en la pared torácica afectándole a la aorta – causante de una parada cardiaca temporal- y otra herida de similares características en la región dorsal que le provocaron a la victima un shock hemorrágico por la gran cantidad de sangre perdida.
Tras una primera intervención de urgencia fue trasladado a Torrecárdenas donde fue sometido a una compleja operación durante varias horas, aunque desgraciadamente dada la critica situación en la que se encontraba el herido no pudo superar las terribles consecuencias falleciendo a las dos y cuarto de la tarde del Jueves Santo.
A la par que el muchacho era asistido por los servicios de Emergencias Sanitarias, la Policía activó un amplio despliegue y con los datos de la vestimenta aportados por algunos testigos con las características morfológicas agresor se localizó al supuesto autor una hora mas tarde en una zona próxima al lugar donde tuvo lugar el homicidio. Pero ocho años antes también en estas señaladas fechas de Semana Santa, el Viernes Santo 25 abril de 1996 se produjo otro crimen que tuvo una amplia repercusión en Almería por todo el misterio que lo rodeaba y porque el autor o autores de esta muerte, pese al esfuerzo de la Policía no llegaron nunca a detener al autor o autores del asesinato y sentarlos en el banquillo de los acusados. Aurora A, C. murió a los 24 años de edad. Media alrededor de un metro, sesenta centímetros de estatura y tenía la piel morena y el pelo negro largo.
Este Viernes Santo 6 de abril volvió a resurgir en la provincia de Almería, el fantasma de la cadena de prostitutas asesinadas. Ese día unos pescadores de caña miembros de un conocido club de pesca de la capital, sobre las diez y media de la mañana, encontraron el cadáver de la joven Aurora, oculto y entre las oquedades de unos acantilados de la playa del Palmer. El cuerpo sin vida de la infortunada muchacha estaba de cubito supino, desnudo y con el cuello partido, estrangulada y con un fuerte golpe en la cabeza y hematomas en el rostro. Según los inspectores de la Brigada de la Policía Judicial de la Comisaria de Almería, la muchacha debía de llevar muerta entre cuatro y seis horas. Vecina de la barriada de la Hoya. La víctima y madre de dos niños ejercía la prostitución en la zona del Zapillo y en el parque de Nicolás Salmerón. Se llegó a determinar que su asesino, el hombre que contrató sus servicios como prostituta en la zona del Gran Hotel de Almería, la estranguló y la dejó abandonada en El Palmer antes de iniciar una huida en el vehículo que utilizo sin que se llegaran a obtener otras pistas que permitiera establecer una línea de investigación y poder tirar del hilo. El asesino le arrebató varios miles de pesetas que la mujer había ganado en la calle. Aurora fue la sexta prostituta de Almería que murió asesinada entre 1989 y 1996.
Tras ese crimen, la Guardia Civil y la Policía enviaron a la zona a sus mejores hombres para resolver el caso. Uno de los investigadores recuerda varios años después sus pesquisas por barrancos almerienses. “Eran ya demasiadas prostitutas asesinadas. Cuando analizamos los casos, vimos que dos de las víctimas no respondían al patrón de un asesino único y en serie, pero las otras cinco tenían demasiadas similitudes, parecía haber un perfil común”. En su momento, los investigadores bautizaron al autor de las muertes como el asesino de los barrancos, por los lugares donde arrojaba a sus víctimas. En el caso de Aurora hubo otros planteamientos. La Guardia Civil conocía el perfil, pero creía que la solución estaba más cerca por lo que decidieron comprobar a cientos de vehículos del mismo modelo –un Opel Corsa gris metalizado al que subió Aurora con su último cliente, estudiaron los anteriores criminales sexuales de la provincia, interrogaron a decenas de personas, pero su asesino no llego jamás a ser detenido. De inmediato su caso se añadió a la lista de prostitutas muertas en la provincia de Almería desde 1989 a 1996.