¿Quiere usted ser millonario?
La filósofa Hannah Arendt decía que el ser humano es el único animal que es consciente de que ha nacido. Dudo mucho que todos los individuos sean conscientes de ello, porque algunos hacen un uso estúpido de ese conocimiento. Lo digo por lo que se ve en “la nanosfera”, que por si no les suena de nada, yo les informo: es una red de sitios web, foros, tik tok, youtube, pero sobre todo chats de Telegram, que promueven la masculinidad, la hostilidad hacia las mujeres y la misoginia como estrategias de atracción. En estos foros, hay pseudo-gurús que. mediante un discurso dominante, agresivo y muy competitivo, dicen ser coach o expertos en temas varios. En verdad, y como mucho, solo han hecho un curso, por supuesto no reglado y no académico. Con eso y su charloteo montan un sistema piramidal en el que prometen que se puede ganar cinco mil euros al mes con solo dos horas de trabajo al día. Por supuesto menosprecian a los que pierden el tiempo estudiando o trabajando. Se muestran en grandes mansiones con coches de película, y con el lema: “como gané mi primer millón”, dicen enseñar a conseguir “la libertad financiera”. Cobran 50 euros al mes a los incautos que caen en sus redes. Venden que el éxito es hacer trading en la bolsa, o invertir en criptomonedas o vender la casa de los padres para conseguir dinero y entrar en nuevos negocios que ellos han inventado con su portentosa inteligencia. Para ello venden cursos y la posibilidad de pertenecer a un club exclusivo. Todo ello por supuesto, pagado en dinero negro, que lo de pagar impuestos no entra en su charlatanería. Los sociólogos comparan esta dinámica con las técnicas de manipulación utilizadas por sectas de toda la vida, porque hay individuos que terminan radicalizados en ideologías extremas que desprecian el esfuerzo.
Antaño, Forocoches ejercía un cierto magnetismo sobre estos individuos; hoy, son los “lobos de Wall Street” con su “mentalidad de tiburón” quienes dominan las redes. Ellos se defienden diciendo que no son estafas, que es marketing. ¡Estamos aviados!