Condenados por no dar el nivel de Primera en un curso para olvidar
No ganar ni un solo partido en casa y descendido en la 33ª jornada es sinónimo de fracaso total
Mientras que el Almería tenía vida, aunque fuera poca, había que aferrarse a ella. No era el momento tender los trapos sucios de la parcela deportiva de la entidad almeriense porque la crítica exacerbada en plena campaña y sin que la condena al descenso fuera definitiva solo podía conducir a agravar la enfermedad y no a curarla porque una vez cerrado el mercado invernal el pescado estaba todo vendido.
Pero desgraciadamente para la familia rojiblanca el sábado las matemáticas dictaron sentencia definitiva con el cuarto descenso del fútbol almeriense a Segunda División.
Las claves Es verdad que en muchas ocasiones ha habido factores externos que han incidido decisivamente en los malos resultados, pero en el cómputo total de la campaña tengo que reconocer que el equipo ha caído por deméritos propios. Descender matemáticamente en la jornada 33 pero condenados mucho antes, no haber ganado un solo partido en casa y ser la percha de los palos de la categoría solo pueden ser sinónimos de fracaso total y sin paliativos. Está claro.
En la tarde del sábado el club hacía pública una nota con título desafortunado: ‘El Almería pide perdón a sus abonados y aficionados’.
Compromiso El Almería es nuestro equipo y no tiene que pedir perdón a nada ni a nadie, los que deben de ofrecer explicaciones son los responsables, los que han llevado a la entidad a la segunda categoría del fútbol español porque confeccionaron una plantilla de profesionales que no ha dado el nivel mínimo preciso para competir en Primera. Los que han errado gravemente en sus decisiones, con unos movimientos de mercado que han bajado el nivel competitivo del equipo y los que han convertido la entidad en un foco de ocultismo continuo, como está sucediendo con Koné un jugador del que los médicos dicen que está curado y que Mel considera que está acto para competir.
Un golpe Si ya el descenso es por sí mismo un acontecimiento triste y doloroso lo es mucho más si este se confirma sin que los aficionados vean por parte de los máximos responsables algún movimiento ilusionante, incluso me atrevería a decir que preocupante vendiendo aire al afirmar que ‘nos vamos a levantar; de hecho, y lo estamos haciendo’. Pues desde fuera no se aprecia que estén moviendo un dedo para hacer las cosas bien hechas para competir en una Segunda División tremendamente complicada.
Una vez mas en este Almería no será cuestión de gastar, sino de hacerlo bien. El descenso estaba cantado y sin embargo no tengo noticias de que se haya buscado el técnico capaz de conseguir reflotar la nave rojiblanca. El Almería por su potencial económico y por su historia se puede permitir el lujo de contratar el mejor entrenador de la categoría. Este debería de ser el primer paso. El segundo confeccionar el plantel en estrecha colaboración entre la parcela deportiva de la directiva y el nuevo técnico para que cuando el trabajo de la pretemporada de comienzo el preparador no tenga que trabajar con 30 futbolistas sino que lo haga con el plantel definitivo a falta de un par de retoques como máximo.
Recomendaría a El Assy o al propio presidente Turki que dieran la cara, que hablaran del futuro del club.