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Ejemplo de como una pequeña empresa ha sabido innovar, adaptarse a los tiempos y crecer en sus 90 años de vida
El paso del tiempo, con los avances tecnológicos, ha obligado a numerosas empresas a adaptarse y transformarse. Esto, que resulta evidente, se ha acentuado más en unas que en otras. En las eléctricas, mucho: de dedicarse a transportar electricidad al actual panorama digitalizado con necesidades y servicios inteligentes de los usuarios. Y a las pequeñas les ha costado más.
Hidroeléctrica de Laracha es una de esas compañías pequeñas que ha superado con éxito sus desafíos. Creada hace casi 90 años con las fuerzas familiares y las del agua del Anllóns (el hidro de su nombre es el claro testigo del pasado) está plenamente consolidada en un amplio territorio que, por supuesto, cubre A Laracha, pero que también tiene clientes en los vecinos municipios de Arteixo y Carballo. En total, unos 20.000 usuarios de Hidroeléctrica de Laracha. Aunque, en realidad, hay que decir Hidroeléctrica de Laracha Energía, que es la matriz de varias empresa del grupo, aunque por tradición histórica todo el mundo se siga refiriendo a ella como HL.
Y es que esa diversificación fue otro de los grandes cambios en su largo caminar, este más administrativo que tecnológico, pero obligado: ahora cada una se encarga de procesos independientes, como producción y compra, distribución, comercialización... Además, forman parte del gran grupo nacional CHC Energía, en el que hay otras muchas empresas similares.
Curiosamente, HL ya fue pionera en su día a la hora de diversificar. Hace casi 20 años, en el 2001, instaló un aerogenerador (fue el primer parque eólico singular de Galicia, mucho antes de que llegaran los oficiales) en Pena Galluda, en un monte elevado de Golmar, desde cuya base se domina buena parte de las comarcas de Bergantiños, As Mariñas y Ordes. Con una nada desdeñable potencia para la época de 0,66 megavatios. Y sigue funcionando, aunque ya piensan en la repotenciación.
«Fue un paso adelante a la hora de investigar, algo que siempre hemos hecho. Aquel fue un proyecto bonito y atrevido», explica Eva Martínez Cestafe, consejera delegada de Hidroeléctrica Laracha Energía, quien explica orgullosa el largo recorrido de la compañía, que resiste a los cambios y los aprovecha para dar impulso. «La globalización ha dejado por el camino a muchas como la nuestra. Pero nosotros seguimos con las mismas ganas de trabajar y de dar servicio. Y como nuestra empresa hay más», señala.
Cree que una de las claves es la extrema profesionalización, «atendiendo con niveles de calidad excepcionales». Ahora hay que moverse en terrenos como el autoconsumo, la movilidad eléctrica, la recarga, la absoluta digitalización, los automatismos... Pero también atender en tiempo real las incidencias. «Los consumidores tienen un papel más activo. Hay que gestionar la demanda de un modo más eficiente, y también con mayor ahorro», señala la empresaria, quien destaca el elevado nivel de especialización en el que se han ido colocando. Pero sin olvidar «la esencia de las pequeñas empresas, como la vocación de servicio, la cercanía al usuario, y la atención completa en el ámbito rural, incluso cuando a veces no sea rentable. Eso es lo que nos distingue de las grandes empresas y nos da el valor que tenemos», añade.
Precisamente en ese proceso de avance, una fase inminente va a ser el de la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos en el municipio, con la colaboración del Concello, algo que ya está muy avanzado. Y lo hará, claro, con marca propia, Sente, de sentir, por la que pasarán sus proyectos en innovación y cambio tecnológico, con energías sostenibles y nuevo marco regulatorio que busca la rebaja de emisiones. «Tenemos gran capacidad de adaptación, no olvidamos de donde venimos», resume Martínez Cestafe.
La empresa tiene unos 20.000 clientes entre tres municipios
«Seguimos con las mismas ganas de trabajar y dar servicio»