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El covid-19 dispara la adicción a las pantallas en niños y jóvenes
Fomentar las actividades al aire libre y recuperar las limitaciones previas al confinamiento, claves para luchar contra el uso abusivo de las tecnologías
Si el uso abusivo de las nuevas tecnologías ya era un problema creciente entre jóvenes y niños antes del covid-19, el confinamiento no ha hecho sino aumentar esa dependencia. Lo confirman desde el Centro Psicopedagógico Orienta de Ferrol, donde el número de consultas por adicción a las pantallas se ha visto incrementado notablemente a raíz del confinamiento. Según explican la psicopedagoga Lucía Figueirido y la psicóloga Patricia López, durante el encierro el uso de móviles, ordenadores y tabletas se disparó, pero el problema vino después, cuando, una vez estrenada la nueva normalidad, muchos niños siguieron enganchados a las pantallas y demandando el mismo tiempo de uso. ¿Qué se puede hacer ante este problema?
«Ahora que podemos, es muy importante hacer otro tipo de actividades: fomentar en los niños el ocio alejado de las pantallas y al aire libre y tratar de volver a la limitación con respecto al uso de las TIC qué teníamos previa a esta situación», explica Patricia López. Además, como norma general, desde el Centro Orientan recomiendan la realización conjunta de un contrato de utilización, en el que queden claras las normas de uso de los dispositivos: desde el tiempo que se les puede dedicar cada día hasta las páginas o aplicaciones que se pueden visitar, sin olvidarse de enseñar a los menores cómo actuar en caso de que personas desconocidas los quieran contactar.
Además de un mayor número de casos de adicción a las nuevas tecnologías, en el área de psicología infantil de Orienta también se han incrementado las consultas por alteraciones de conducta a raíz del confinamiento, sobre todo en niños con trastorno del espectro del autismo, para los que el encierro supuso un aumento de la ansiedad, el estrés y la dificultad para la autorregulación. «Muchas familias nos comentaron lo difícil que se les hacía salir a pasear siendo increpadas en muchas ocasiones desde las ventanas. Es importante recordar que para una persona con trastorno del espectro del autismo salir a dar un paseo no conforma un capricho, sino una necesidad. Estos papás han realizado verdaderos malabares para dotar a sus hijos de la rutina que necesitan y desde aquí nos gustarles darles el reconocimiento que se merecen», apunta Patricia López.
Si el confinamiento ha traído consigo un incremento de las consultas de psicología infantil, un tanto de lo mismo ha ocurrido en el área de psicopedagogía del Centro Orienta. «El confinamiento ha supuesto una implicación aún mayor de los padres en las tareas escolares, lo que ha conllevado una carga emocional añadida, ya que en muchos casos se han visto incapaces de ayudar a sus hijos, generando en ellos una gran frustración», explica la psicopedagoga Lucía Figueirido.
En cualquier caso, según apunta esta profesional, «con toda la situación vivida, es preciso ajustar las expectativas y no culpabilizarse si, por ejemplo, a nivel académico, los resultados no han sido los esperados. Ha sido una situación nueva y difícil para todos, y con todo el estrés y carga emocional que ha generado, es normal no llegar a todo como hubiéramos hecho en la antigua normalidad».
López y Figueirido aseguran que la clave para ayudar a los niños tanto a nivel emocional como académico es la «comprensión». Dotarlos de un ambiente tranquilo, alejado de gritos y afectuoso les ayuda a ganar seguridad. Y en el caso de los más pequeños, también es importante ayudarles a entender qué les ocurre: «Hablar con ellos de lo que les pasa y validar sus sentimientos es un aspecto clave para el equilibrio emocional de los niños».