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Aislamiento térmico para salvar un parque de viviendas obsoleto
Reducir hasta en un 70 % la factura es posible apostando por tecnologías que también permiten el aislamiento acústico y eliminar humedades
La crisis energética, recrudecida con motivo de la guerra de Ucrania, ha motivado un aumento desorbitado de los precios de luz y gas. Con la llegada del otoño y el cercano invierno, así como el consecuente descenso de las temperaturas, familias y comunidades de vecinos buscan soluciones para mantener el calor en sus hogares. El aislamiento térmico de los inmuebles es uno de las soluciones más socorridas, sobre todo en un país como España, donde el parque de viviendas es uno de los más obsoletos del Viejo Continente.
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que pertenece al Ministerio para la Transición Energética, el 90 % de los edificios españoles son anteriores a la aplicación del Código Técnico de la Edificación. A ello hay que sumar que el 60 % de las viviendas se han construido sin aplicar ninguna normativa energética. Las cifras muestran el importante reto en materia de rehabilitación que hay por delante, y que se tendrá que llevar a cabo en los próximos años.
De la mano de la Unión Europea, España ha apostado por crear un marco jurídico que a partir de ahora obliga a construir inmuebles que generan menos emisiones de CO2. Para potenciar que los viejos edificios se adapten a los nuevos tiempos, el Gobierno también ha puesto encima de la mesa ayudas económicas, a lo que hay que sumar una mayor concienciación por parte de la ciudadanía, también más informa
da sobre la rebaja en la factura energética que puede permitir este tipo de obras, con ahorros de entre el 30 y el 70 % por cada vivienda.
Además de la cuestión económica, también permite un mayor confort térmico, capacidad de aislamiento acústico, incremento del valor de mercado del inmueble y, de paso, reduce el surgimiento de humedades por condensación y la proliferación de microorganismos.
Diferentes opciones
Las nuevas edificaciones ya tienen que ajustarse a estos parámetros, aunque en el caso de los inmuebles antiguos existen diferentes maneras de aislar un hogar y protegerse del frío. Según Sto, compañía internacional esse
pecializada en este tipo de sistemas, la mejor opción es la de aislar por el exterior.
En el caso de las viviendas independientes apenas hay problema para llevarlo a cabo. En el caso de los edificios, se debe llegar a un consenso entre vecinos, de ahí que la idea a defender es que esta solución supone una inversión beneficiosa a largo plazo, ya que se eliminan puentes térmicos —hay menos pérdidas de calor—, se mejora la inercia térmica del edificio y, además de que no es necesario abandonar la vivienda durante su instalación, permite mejorar el aspecto estético.
Si no hay acuerdo, también se puede apostar por un aislamiento interior, pero se trata de una opción menos sencilla, ya que
resta superficie útil al inmueble y, al estar la fachada peor aislada, hay más posibilidades de que se generen humedades por condensación. La elección del material aislante también es una cuestión a tener en cuenta, aunque depende de la zona geográfica donde se ubica la vivienda, así como el clima. Los más utilizados son las lanas minerales, los poliestirenos expandidos, los aislamientos de fibras de madera y los paneles de resinas fenólicas.
Sellar grietas y huecos e instalar ventanas de calidad son también claves para evitar pérdidas de calor. Para ello se pueden utilizar selladores de espuma para tapar las grietas más grandes alrededor de las ventanas, rodapiés o cualquier espacio por el
que pueda entrar frío. Incluso existe la opción de las empaquetaduras de goma en los enchufes o los burletes adhesivos. Para llevar a cabo cualquier intervención de este tipo, las Administraciones siguen sacando líneas de ayudas para realizarlas, como ejemplifican las puestas en marcha con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española.
Instalación eléctrica
La actualización de la instalación eléctrica es otra de la cuestiones en las que tiene que reparar todo propietario en el momento de realizar una obra de rehabilitación, ya que se trata de una cuestión fundamental para que sea energéticamente eficiente, sostenible y el edificio quede preparado para los cambios orientados a la descarbonización.
Explican desde las principales firmas del sector de la fabricación, distribución e instalación de material eléctrico, que solo así se puede reducir al máximo la factura energética. En términos de sostenibilidad, permite incorporar soluciones que protagonizan la transición energética, apostando por el autoconsumo, la ventilación, la aerotermia y la iluminación. Alertan que no llevarlo a cabo puede provocar la obsolescencia prematura del inmueble, más cuando indican que avanzamos hacia una sociedad 100 % electrificada.