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Falta mano de obra en la construcción
El Gobierno busca facilitar los trámites para contratar en el extranjero trabajadores especializados
La falta de mano de obra que aqueja a muchos sectores de la economía española es especialmente acuciante en el sector de la construcción, que en los próximos años se va a ver regado por el maná de los fondos europeos de reconstrucción. Siete de cada diez euros que inyecte la UE pasarán, de una u otra forma, por el ladrillo, ya sea de forma directa, a través de ayudas para la rehabilitación o inversión en un parque de vivienda para alquiler o social, ya sea de manera indirecta, con la construcción de infraestructuras para proyectos en otras actividades.
Desde la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) han cifrado en 700.000 los profesionales que deberá incorporar el sector en los próximos años. Hasta la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, reconocía hace pocos días que uno de los desequilibrios que se detectan en el mercado laboral es «un aumento en la demanda de las profesiones cualificadas en las nuevas actividades económicas, por ejemplo en la nueva economía digital, telecomunicaciones... e igual sucede con el ámbito cualificado de la construcción». En un país con casi tres millones de desempleados, hay miles de vacantes que no se consiguen cubrir.
Y si las hay es, en buena medida, porque los jóvenes han dado la espalda al sector de la construcción. Atraerlos (y formarlos) para garantizar el relevo generacional es, sin duda, el gran reto de las empresas del ladrillo. Pero ante la urgencia que impone el cronograma de los fondos europeos (las actuaciones financiadas deben estar finalizadas antes del 31 de diciembre del 2026), el Gobierno ha decidido
facilitar la contratación de trabajadores extranjeros en origen.
Así, los ministerios de Seguridad Social y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana quieren ampliar el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura que elabora trimestralmente el Servicio Público de Empleo (y que actualmente se limita casi a perfiles relacionados con el sector marítimo pesquero y el deporte de élite) para incluir en él puestos como los de albañiles, capataces, encargados de obra, carretilleros, soldadores, carpinteros y electricistas. La inclusión de estos profesionales en el catálogo facilitaría a las empresas la contratación de trabajadores extranjeros, ya que podrían tramitar el permiso de residencia y de trabajo.
Sin embargo, el plan ha levantado suspicacias en una parte del Gobierno, en concreto en el Ministerio de Trabajo, que
cree que los datos no avalan la necesidad de recurrir a mano de obra extranjera. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, recordó que en España existen aún 200.000 parados procedentes del sector de la construcción, de las cuales 42.000 son migrantes. Datos que contrastan, expuso, con las 5.000 vacantes registradas.
Díaz tiene en este pulso el aval de los sindicatos, que creen que, al igual que en otras actividades, como la hostelería, lo que fallan son las condiciones de trabajo que se ofertan, especialmente para atraer jóvenes.
Un fantasma de precariedad que quiere espantar la patronal del sector, que recuerda que el sueldo más bajo en el convenio de la construcción está un 30 % por encima del salario mínimo interprofesional, y que tres de cada cuatro contratos que se firman son indefinidos.