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Alcoa y el peor de los anuncios
La intención de cerrar la fábrica de aluminio, un mazazo para A Mariña
Este 2020 quedará en la memoria de muchas y muchos mariñanos, por el covid y por la crisis de Alcoa. El anuncio de la multinacional del aluminio en los primeros meses del año de que iba a parar las cubas y a cerrar la fábrica aduciendo unas pérdidas cuantiosas, fue un auténtico mazazo, un shock para cientos de trabajadores y para sus familias directamente, pero también para toda la comarca.
Estamos hablando de la principal industria del aluminio en España; estratégica, esencial tal como se comprobó durante la pandemia.
Siguieron semanas y meses de protestas por toda A Mariña, por la provincia, en Madrid; en todas partes. Luego la empresa confirmaría un ERE para 524 trabajadores. La lucha obrera y sindical ha sido ejemplar. Los trabajadores han tenido el respaldo de toda A Mariña en cada una de sus acciones.
Todos recordamos manifestaciones multitudinarias. El apoyo fue unánime de todos los sectores; de las administraciones incluso, también de los medios de comunicación. Del lado de A Mariña siempre.
Continuaron unas negociaciones difíciles para discutir el ERE y las condiciones del despido colectivo. Luego apareció un comprador, que todavía mantiene su interés a día de hoy en comprar la planta de aluminio: la firma inglesa Liberty House. Todo esto lo saben nuestros/as lectores/as. La operación de compra-venta fracasó. Se achacó a Alcoa su nula voluntad de vender, que corroboró hace unos días el TSXG anulando el ERE al advertir “mala fe” y ver detrás una decisión estratégica tomada desde EE.UU.: cerrar la fábrica. Esa decisión no ha cambiado, la idea se mantiene. Alcoa no tiene especial interés en mantener la actividad en la planta de A Mariña, tampoco de facilitársela –léase vendérsela- a un posible competidor en el mercado.
El capítulo no está cerrado todavía, tampoco el conflicto. En este momento sigue convocada la huelga indefinida por parte del comité. Falta que Alcoa, como parece previsible, eleve recurso ante el Tribunal Supremo. El camino judicial puede ser largo todavía. Se desconoce en este momento si habrá reacción política por parte del Gobierno fundamentalmente.