Vivimos de primera mano la situación

La residencia de mayores de San Cibrao fue especialmente castigada por el covid en esta segunda ola. Curiosamente cuando tenían equipos, material estaban preparados para resistir. La primera ola había servido de aviso.

Natalia, desde la gerencia, nos iba contando a diario y con paciencia, con exquisita atención, el parte diario. No fue fácil ir contando hasta 13 víctimas, todas ellas con otras patologías previas propias de la edad. Hubo días que no pudo evitar las lágrimas, normal.

En la primera ola, antes del verano, el covid entró en otras residencias mariñanas, entonces sí, las pilló un poco de sorpresa, como a todos. Los mayores son más vulnerables y han estado y están viviendo semanas, meses, especialmente duros, aislados para su propia protección, viendo menos a sus familias.

Ha servido para reconocer la atención que les prestan en las residencias. Esta crisis nos debiera de hacer reflexionar sobre los mayores, a todos. Ha sido este 2020 un año especialmente cruel con los más mayores.