El Banco de Alimentos se llenó de gente

El Banco de Alimentos ayudó hasta a 11.000 lucenses en un día

El coronavirus afecta por igual a la salud de cualquier persona, pero no provoca las mismas consecuencias para todos. La crisis económica azotó con más fuerza a los que menos tienen y cambió la situación de los que pendían de un hilo.

El parón de la actividad se hizo notar directamente en los usuarios del Banco de Alimentos. Tras la declaración del Estado de Alarma, 150 familias lucenses más se apuntaron en la lista para recibir lotes de alimentos. Ascendían entonces, por abril, a 700. El Banco tenía que despachar en un día lo que antes repartía en un mes. Con la apertura y la ligera reactivación, los usuarios disminuyeron un poco, aunque se siguieron lastrando las consecuencias. Finalmente, la segunda ola pegó con más fuerza incluso que la primera. El Banco cuadriplicó las toneladas de alimentos repartidas a la semana. Acudieron 1.000 familias cada día de reparto, lo que se traduce en más de 10.500 personas que no podían llenar una pequeña cesta para comer lo mínimo. Fueron las colas del hambres más largas que recuerdan en la entidad. Pero más allá de las cifras, se acumularon las historias de derrota y de vivencias nunca imaginadas.

Además de la precariedad de los que ya tenían que recurrir al banco antes de la pandemia, se sumaron personas que siempre habían tenido trabajo, empresarios embargados o propietarios de negocios con ingresos mínimos. Y una gran parte, con pequeños a su cargo.

A. LÓPEZ Imagen de la cola de uno de los repartos de principios de diciembre, en plena segunda ola.