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La segunda ola provocó que la hostelería echase el cierre
Lugo estuvo 30 días con los locales de restauración cerrados, y Vilalba casi dos semanas
El día 6 de noviembre, Sanidade ordenó el cierre de la hostelería del municipio de Lugo. Desde entonces y durante casi un mes, estos establecimientos solo podían servir comida para llevar y a domicilio. Fue el inicio de un drama para el sector hostelero y el de la restauración, que se llevó un enorme varapalo tras haber empezado en verano una paulatina recuperación tras el confinamiento nacional de la primavera.
El pasado 6 de noviembre, había 1.157 personas positivas en covid-19 en la provincia de Lugo. Estas cifras fueron la causa de que la Xunta tomase la decisión de aplicar unas medidas de este calado en las grandes ciudades de Galicia y sus áreas metropolitanas, los lugares más afectados en esta segunda ola.
Las medidas paliativas para encarar la recuperación de la hostelería en Lugo fueron muy diversas: Ampliación y acondicionamiento de terrazas, peatonalización de calles, exención de tributos, Plan Reanima (ayudas directas, también para conciliación), Lugo Seguro (formación), Tardeos (animación en las calles)... Sin embargo, para los dueños de los locales, las medidas no fueron suficientes para compensar las pérdidas. La Xunta, finalmente, pactó un plan de rescate de la hostelería de 17 millones de euros para toda Galicia.
El sector hostelero de Lugo salió a la calle para hacer pública su «indignación» y la reivindicación de medidas urgentes. Fueron presentadas al Gobierno Central a través de la Subdelegación del Gobierno. Las reivindicaciones de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo (APEHL) fueron desde la aplicación de ayudas a fondo perdido, para pagar los alquileres, bajar los impuestos de consumo al 5 %, ayudas para familias en el consumo directo a la hostelería o la ampliación de los ERTE.