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Poio, un placer para los sentidos
El municipio ofrece turismo ambiental, patrimonial y gastronómico
En sus cerca de 34 kilómetros cuadrados de superficie, Poio ofrece a visitantes y vecinos una rica oferta de turismo ambiental, cultural y gastronómico. Playa de aguas cristalinas, senderos que recorren espacios salpicados por antiguos molinos o entornos de interés patrimonial como el monasterio y el casco histórico de Combarro se suceden en un entorno en el que se pueden disfrutar de sus dos restaurantes Estrella Michelin... Y eso sin olvidar, las emblemáticas fiestas que se organizan durante en verano.
De hecho, y una vez se han rebajado las medidas sanitarias para hacer frente a la pandemia del coronavirus, estos meses volverán con fuerza citas como la Festa do Mar, que este año estrena doble sede: Combarro y Raxó, o la Festa da Ameixa de Campelo. Además, Poio es de los escasos concellos gallegos que puede presumir de albergar dos restaurantes, Casa Solla y Pepe Vieira, que lucen una Estrella Michelin. A esta oferta se suma un amplio número de asadores, marisquerías y locales de hostelería repartidos a lo largo y ancho del municipio.
Con quince arenales, Poio también es sol y playa. Este año, además, la calidad para el baño de las aguas de catorce de ellos han obtenido la máxima puntuación, mientras que la restante ha sido catalogada como buena, a un paso de situarse en excelente como el resto. El municipio dispone de una amplia idiosincrasia de playas, desde las netamente urbanas, como pueden ser las de Raxó, hasta las situadas en entornos más naturales, caso de Laño, sin olvidar a Cabeceira, en la que ondea la bandera azul medioambiental.
Son más de quince kilómetros «de costa cheos de pequenos areais de augas tranquilas e fina area», que se acompañan por dos senderos litorales que recorren parte de su costa; la senda de Ostreira, de 1.850 metros de longitud, y la de O Laño, que en sus 1.200 metros recorre del el Peirao de Covelo hasta la playa de la que toma el nombre.
Y si de enclaves naturales se trata, es inevitable citar As Fervenzas do Pereiro, las cuales se encuentran en el regato de A Pinela y que se pueden visitar realizando un recorrido de apenas algo más de kilómetro y medio —ida y vuelta—. Destacan dos saltos de agua: la fervenza de A Pindilleira, con siete metros de altura, y el de la Freixa Alta con aproximadamente diez metros.
En paralelo, en Poio se puede disfrutar de dos rutas de molinos, la de Freixa y la de Samieira, en las que en los últimos tiempos el Concello ha hecho un esfuerzo en pro de su puesta en valor. «No ano 2020 ambas rutas melloraron a súa sinalización e contan agora con paneis explicativos sobre a flora e fauna da zona, e o funcionamento dos muíños de auga que poden observarse durante todo o percorrido», reseñaron.
A todo esto habría que sumar un tercer roteiro que recorre algunos espectaculares miradores sobre la ría: A Tartaruga, O Campanario, Loureiro, Samieira... A los que se suman otros ubicados en el Monte Castrove, donde también se puede visitar el Bosque de Colón, la mayor concentración de secuoyas rojas de toda Europa, o en Raxó.
Es una demanda histórica, si bien en los últimos meses el Concello de Poio está redoblando sus esfuerzos para asumir la titularidad de la isla de Tambo y, de este modo, convertir este enclave en un nuevo punto de interés turístico. Las negociaciones con la Administración central se han intensificado e, incluso, el gobierno local dispone sobre la mesa de un proyecto, obra de Serxio Portela, que podría aventurar por donde pasaría el futuro de la ínsula una vez asuma su gestión el gobierno local.
De este modo, la intención es que este diamante medioambiental sin pulir termine ocupando un espacio propio al lado de otras joyas que son visita obligatoria en el municipio. Por un lado, el casco histórico de Combarro, cuyo núcleo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1972 y es todo un ejemplo de arquitectura tradicional con sus hórreos —una treintena están orientados al mar—, sus cruceiros y sus casas marineras, y, por otro, el monasterio, catalogado desde 1971 como Bien de Interés General y en el que destacan sus claustros, su biblioteca o el mosaico sobre el Camiño de Santiago obra del checo Antoine Marc Luc Machourek. Y es que no hay que olvidar que Poio es paso obligado de dos de los itinerarios de la Ruta Xacobea, la Variante Espiritual y la Ruta do Padre Sarmiento.
En todo caso, la oferta cultural y patrimonial de Poio se puede completar, asimismo, con las visitas a la Casa Museo de Colón o al área arqueológica de A Caeira.