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Ni un grado menos en Lugo
La posibilidad de alterar la oferta de ingenierías de la Escola Politécnica Superior generó una firme reacción de rechazo en Lugo, hasta el punto de que la Universidade de Santiago de Compostela acabó por aparcar la propuesta
El otoño se caracterizó en Lugo por unas temperaturas más bien suaves, y en sus primeras semanas, por un calor anómalo para la época del año. Si en el campus lucense, en donde hay una estación meteorológica, se hubiese medido la temperatura social en la segunda mitad del otoño, se habría detectado un ambiente más bien caldeado, especialmente en el entorno de la Escola Politécnica Superior.
A mediados de noviembre trascendió la idea de que dos grados de ese centro, la Enxeñería Agrónoma y la Forestal, pasarían a ser interuniversitarios y se impartirían conjuntamente con la Universidade de Vigo (campus de Ourense y de Pontevedra, respectivamente), mientras que otro, el de Enxeñaría Civil, quedaría asociado con la Universidade da Coruña. La idea de ajustar la oferta docente argumentando que la matrícula era baja apareció en un primer momento como la razón por la que se proyectaba acometer esa transformación
Las reacciones no se hicieron esperar ni se limitaron al espacio que el Campus Terra ocupa en la ciudad. Tanto los profesores como los alumnos del centro mostraron una firme oposición, igual que hicieron anteriores vicerrectores del campus lucense. La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, se sumó al coro de voces contrarias, y el presidente de la Diputación, José Tomé, se mostró tajante: si la oferta de grados del Campus Terra se modificaba, la colaboración económica del or
ganismo se modificaría. El grupo municipal del BNG planteó la creación de una plataforma, y la federación vecinal recabó apoyos para impulsar un frente de rechazo a esa medid
Las reacciones no pasaron inadvertidas, hasta el punto de que el rector de la USC, Antonio López, aseguró, días después de conocerse esas intenciones de convertir los grados en interuniversitarios, que la propuesta se aparcaba y que cualquier medida que se tomase tendría como objetivo fortalecer la oferta del campus lucense. Entrado ya diciembre, esa intención se reflejó en la creación de un grupo de trabajo que en los primeros meses del 2024 deberá tener listo un informe que oriente sobre el nuevo rumbo.
Lo que se puso de relieve cuando se re
chazó cualquier modificación de la oferta de la Escola Politécnica Superior fue la estrecha conexión que sus ingenierías mantienen con la realidad socioeconómica de Lugo en particular y de Galicia en general: se trata de una evolución de las enseñanzas que llegaron a Lugo en los años sesenta del siglo pasado, al crearse la Escuela de Ingenieros Técnicos Agrícolas. Por otro lado, la actividad que desarrollan grupos de investigación del Campus Terra no solo supone la captación de millones de euros todos los años, sino que permite, en comarcas como Os Ancares y O Courel, la realización de importantes actividades de cuidado de la biodiversidad de la zona.
La calidad de la formación que reciben los alumnos parece sobradamente acreditada,
hasta el punto de que empresas de fuera de Galicia acuden a Lugo por decisión propia para exponer sus líneas de trabajo, interesadas en incorporar nuevos profesionales salidos de las aulas de Lugo. Pero ese nivel, avalado con sellos de calidad otorgados por organismos internacionales, también se vería afectado si los grados pasasen a ser interuniversitarios, ya que desaparecería ese reconocimiento. Por otro lado, se trata de un prestigio que poseen otros centros, como ocurre con Veterinaria: algunas exigencias que se incorporarán a facultades europeas de primer nivel, como las aulas virtuales o las prácticas con reproducciones de animales en tamaño real, ya están plenamente asentadas para los alumnos que estudian en Lugo.