UN RÉCORD (CASI) INSUPERABLE
El 30 de julio de 1991, en la Ópera Estatal de Viena, los espectadores quedaron tan entusiasmados con la interpretación de Otelo por parte de Plácido Domingo que rompieron en el aplauso más largo de la historia. El público hizo salir al tenor 101 veces al escenario para saludar. Una hora y veinte minutos de ovación espontánea, solo superada en 2014 por una performance artística, un aplauso 'fake' realizado por el poeta Dustin Luke que duró dos horas.