Lo que esconde el continuo lamento
Preguntarse acerca de las quejas propias esclarece creencias dañinas soterradas y posibilita un futuro cambio de actitud
UnaUna queja, que según el diccionario es una expresión de dolor o pena por alguna situación, también puede expresar desazón, disconformidad, enojo o resentimiento.Cualquiera recurre a quejarse ante una propuesta que considera injusta, una decisión que juzga arbitraria o una tarea que a su criterio no se propone de modo imparcial. Este reclamo puede ser útil para la persona cuando lo emplea oportunamente para obtener mejoras.
CUANDO ES EN DEMASÍA
Sin embargo, un uso desmesurado desmesurado puede llegar a convertirse convertirse en una característica característica de la forma de ser de la persona. Llamamos quejica a quien transmite continuamente su malestar a los demás y provoca reacciones incómodas en aquellos que le escuchan.
¿DE QUÉ TE QUEJAS?
Una queja puede dar lugar a una discusión constructiva. En ciertos casos, se logra incorporar, parcial o completamente, las opiniones críticas de los que participan y, en otras, puede caer en saco roto y no generar ningún cambio sobre la situación. Analizaremos tus quejas, los resultados que alcanzas con ellas y el sentido que les otorgas. Tu reclamo por antonomasia se refiere a un pesar arraigado y escuchado por sus destinatarios, tu madre, con éxito escaso. Describes que en tu familia has sentido como un privilegio la circunstancia de ser chico, por lo menos respecto de
"Quejarse mucho puede afectar a nuestra manera de ser"
las diferentes concesiones recibidas, que atribuyes a la condición sexual.
DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN
A veces las madres tienen cierta inclinación (consciente o inconscientemente) a situar a sus hijos varones en una posición de favor. En el contexto social en el que crecieron tus padres, los varones estaban, generalmente, y salvo excepciones, liberados de las tareas domésticas, priorizados en la formación académica, y premiados con mayor libertad. Tu madre ha podido estar sujeta a reglas de este tipo sin siquiera caer en la cuenta de ello. Debemos ser cautos en la generalización pues sacar conclusiones muy cerradas sería erróneo. ¿Qué pudo suceder en vuestro caso? Quizá tu progenitora vivió experiencias parecidas que le pudieron influir. Ella pensaría que hacía lo correcto al actuar como sus referentes.
LA NARRACIÓN DE LOS HECHOS
Según tu explicación, has entendido como una especie de discriminación afectiva la actuación materna; pero una y otra cuestión no tienen por qué estar relacionadas. El discurso social social ha podido influir en tu madre, lo que no significa que quiera menos o nada a sus hijas. El trato que han tenido tus hermanos te ha dañado y has acabado pensando que ello se debía a la falta de cariño hacia ti. Pero a veces no es cuestión de preferencias sino de educación. educación. En todo núcleo social social se perfilan unos valores, valores, cuya transmisión directa o sutil se hace explícita en el comportamiento de la siguiente generación.
DIFERENTES MANERASDEPENSAR
El presente es el momento en el que puedes hacer uso de la libertad individual y emanciparte de una ideología con la que no estás conforme. Esta es una conquista que cada mujer tendría que hacer en el plano individual y social. Responder a algunas cuestiones serviría de guía: ¿cómo me educaron?, ¿qué me sirve de todo ello?, ¿con qué estoy o no de acuerdo?, ¿cómo puedo efectuar algún cambio? Hacer consciente este proceso facilitaría que pudieses poner en práctica tus ideas sin que tengan que coincidir con las de otros familiares. Si tu malestar te sobrepasa y te cuesta abandonar tus planteamientos previos, puedes valorar pedir ayuda a un psicólogo.
"Tus ideas no tienen por qué coincidir con las de los demás"