No es por maldad. Por Pilar Eyre
Los secretos tras los looks más icónicos de Letizia.
Empezó a llevar tacones tras su boda, es reacia a ponerse mantilla, prefiere el sostén con relleno y otras curiosidades de su armario
1 El conjunto de Armani
La petición de mano tuvo que adelantarse adelantarse un mes a causa de las filtraciones. filtraciones. Letizia pidió que le abrieran la tienda de Armani de madrugada para burlar a los paparazis. Fue con una amiga de televisión, le gustó el traje pantalón de tres botones y cuello alzado, aunque no tenían su talla, la 34, y tuvo que quedarse la 38, sin tiempo ya para arreglos. Únicamente le cogieron el bajo del pantalón con alfileres, que luego
su madre le cosió en la Zarzuela. Quiso arremangarse, pero le dijeron que no era elegante, y así la vimos, con los puños de la chaqueta que le llegaban hasta los nudillos.
2 El fabuloso traje rojo de Caprile
Fue poco antes de casarse, en la boda de Federico y Mary de Dinamarca. “Estaba muy nerviosa por encontrarse con toda la realeza, era muy ingenua y nos lo contaba con admiración”, me dice un amigo de entonces. Como suele pasar con los tímidos, tiró de arrogancia para ocultar sus miedos y recibió las primeras críticas: “Caminaba como una vedette en la pasarela”, dijeron los periodistas, y ahí empezó su leyenda de antipática.
3 El vestido de boda de Pertegaz
Por un escolta me enteré de que iba a hacer pruebas al taller del modisto en la Diagonal y así pude dar la exclusiva. También me habló de lloros y gritos, aunque la sobrina me aclaró que no eran con su tío: “Se llevaron estupendamente desde el principio”. Aun así, Le
Letizia llevó un vestido cosido por doce mujeres supervivientes de explotación sexual que trabajan en una ONG
tizia hizo modificar el diseño varias veces y al final adelgazó tanto que no acabó de sentarle bien. Pertegaz nunca volvió a vestirla. 4 Los tacones
Letizia, que hasta su boda había ido con zapatillas de deporte, bailarinas o sandalias planas, se vio obligada a subirse a unos zapatos de trece centímetros para no hacer el ridículo, no solo al lado de su marido, que mide 1,97 m, sino también de sus cuñadas, que miden 1,80 m. Entre las tres mujeres se estableció un pugilato invisible, hasta el punto de que en algún posado se ve a Cristina con los anchos pantalones tapándole las plataformas como un mimo con zancos. Hubo toques de atención y las infantas se bajaron de
sus tacones, no así Letizia, que tiene incluso el empeine algo deformado por llevarlo siempre casi vertical.
5 Ropa interior
En aquellos ingratos primeros tiempos, la mujer más fotografiada de España dejó ver en varias ocasiones su ropa interior. En San Roque el viento levantó su falda plisada y pudimos ver unas castas bragas blancas, del tipo de las que compramos en los mercadillos. Hemos visto las tiras del sujetador asomando por las camisetas y también se han transparentado los mismos sujetadores a través de las telas de sus vestidos, por lo que hemos advertido que lleva copas triangulares con relleno, lo que vendría a desmentir que Letizia se ha aumentado el pecho. Fueron tantas las veces que vimos sus ‘dessous’ que los periodistas decían que quería crear tendencia para ayudar a la industria corsetera. Ahora, en lugar de utilizar dos piezas, la reina al parecer ha optado por los más discretos ‘bodies’.
6 Biquini
Hasta seis veces hizo introducir cambios en un biquini de Custo. Seis veces la prenda fue y volvió al taller porque había algún detalle que no le gustaba.
7 Rockera camuflada
En Benicàssim, en los conciertos alternativos de Matadero Madrid, en la sala La Rivera, viendo a Bon Jovi,
Letizia hizo modificar el diseño del traje nupcial varias veces y al final adelgazó tanto que no acabó de sentarle bien. Pertegaz nunca más volvió a vestirla
los Planetas o a U2 en Barcelona, Letizia se pone vaqueros ajustados, botines negros (con tacones, por supuesto), chaqueta de cuero, baila y come pipas. Cuando alguien la reconoce dice: “Sí, soy yo, ¿qué pasa?, ¿no puede gustarme la música?”. Desde que es reina no ha vuelto a hacerlo.
8 Mantilla
La relación de Letizia con las mantillas ha sido tormentosa. Reacia a ponérselas, convirtió preciosas mantillas en vistosas faldas, lo que le valió la recriminación pública de sus diseñadoras, a las que tuvo que pedir, también públicamente, disculpas. Después de eso, solo la ha llevado de forma ortodoxa y en muy pocas ocasiones.
9 La suegra
Después del rifirrafe en la catedral de Palma, Letizia se excusó a los ojos de todos a su manera: poniéndose un vestido de Sofía en una entrega de premios. Le quedaba muy mal, pero dejó patente que conoce muy bien el valor de su imagen y quiere utilizar la ropa para expresar su pensamiento en público, ya que no puede hacerlo de otra manera. Su marido habla en sus discursos y ella habla con sus atuendos.
10 Con las víctimas
Y aquí llegamos al mensaje más potente de Letizia. Fue la semana pasada, cuando lució un vestido diseñado por Ulises Mérida y cosido por doce supervivientes de explotación sexual, agrupadas en APRAMP, una ONG que nunca hubiéramos conocido si no hubiera sido por el gesto bonito y valiente de Letizia. Mientras Felipe debe permanecer en silencio por mandato constitucional, Letizia da un paso al frente y se posiciona en contra de la violencia hacia la mujer y al lado de todas las víctimas, también de las que no tienen un altavoz para hablar. ¡La moda ha dejado de ser un tema frívolo para convertirse en un mensaje directo a nuestras conciencias! Vaya desde aquí para Letizia, a la que tanto hemos criticado (y criticaremos), nuestro humilde homenaje y reconocimiento.
A Letizia le encanta la música y solía asistir a conciertos, era entonces cuando podíamos verla con sus looks más rockeros